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El Mazda 3 no le tiene miedo a las altas velocidades y a la diversión

POR: Cristian Moreno el Mié, 15 de Febrero de 2017, 03:26 pm

Tanto en su versión sedán como en la hatchback, probamos el nuevo Mazda 3 hecho en México, que hoy te presentamos junto a la actriz Estefanía Romero. Foto: Salomón Ramírez
Cristian Moreno

Cristian Moreno | Colaborador

Amo los autos y me apasiona la movilidad. Coordinador del concepto  Atracción en sus distintas plataformas. Editor del periódico Excélsior y conductor en Excélsior Televisión. Consultor, conferencista y colaborador del programa de radio Autos en Imagen. Ciudadano del mundo, hecho en Cuernavaca. 

-Por Marco Robles y Luis Ramírez

 

El Mazda 3 es uno de los consentidos de nuestra re­dacción, un vehículo que en los poco más de 10 años que llevamos probando automó­viles nos ha enamorado con su diseño, equipamiento y desempeño.

 

Así que cuando la firma ja­ponesa anunció el facelift de la tercera generación de su vehículo insignia no podía­mos aguantarnos las ganas de conocer las mejoras.

 

 

De verdad hay que ser muy observador para encontrar las novedades estéticas del mo­delo, que incluyen una nue­va fascia, con la respectiva actualización en los faros de niebla, y una parrilla más re­donda, que acentúa la elegan­cia del coche. Como se dice, le dieron una manita de gato.

 

Por dentro también tiene pequeños cambios como el volante, un nuevo interruptor para el freno de estaciona­miento, el reposabrazos y la zona del portavasos.

 

Foto: Mazda

 

Mecánicamente no encon­tramos cambios; el motor se mantiene como un cuatro ci­lindros 2.0 litros naturalmen­te aspirado de 155 caballos de fuerza y 148 libras-pie de torque, disponible sólo para la versión de entrada del sedán, mientras que las tres gamas superiores cuentan con un L4 2.5 litros de 188 hp y 184 li­bras-pie, las transmisiones son manuales o automáticas de seis velocidades e impul­san al eje delantero.

 

Foto: Salomón Ramírez

 

Momento de la diversión

 

Aprovechando que la ciudad estaba casi vacía los últimos días de diciembre, toma­mos el volante de la versión hatchback, que en anterio­res entregas nos había emo­cionado con un manejo más retador que el sedán.

 

Todos los Mazda 3 cuentan con un nuevo sistema llama­do G-Vectoring Control, que mediante la intervención de la computadora del vehícu­lo reparte el torque entre los dos neumáticos delanteros para tener mayor estabilidad en curva.

 

Foto: Salomón Ramírez

 

En caso de que detecte que una rueda está perdiendo adherencia, el sistema reduce el giro del neumático, bajando el torque y enviando un poco más a la rueda que está en el interior de la curva, para que podamos tomarlas más rá­pido, con mayor seguridad y emoción.

 

Con los radares de la Ciu­dad de México al acecho, la tarea de exprimir las cualida­des dinámicas del Mazda 3 se tornaba difícil, pero afortun­adamente aún quedan luga­res libres de estos artefactos, donde pudimos acelerar a fondo y sentir, en primer lu­gar, el buen trabajo que rea­liza el motor y la transmisión para empujar este vehículo, alcanzando en pocos metros una buena velocidad.

 

Foto: Mazda

 

Aunque sí debemos seña­lar que el consumo de com­bustible es un poco elevado, pero tenemos bajo el cofre un motor 2.5 litros.

 

El flashazo de un radar móvil, que capturó a un auto delante de nosotros, nos hace pisar el freno con decisión para comprobar que fun­cionan a la perfección, apo­yados con sistemas como Asistencia de Frenado (BA) y Distribución Electrónica de Fuerza de Frenado (EBD).

 

Pero era momento de to­mar la carretera y ver si de verdad mantiene los buenos modales de todos los Mazda a altas velocidades.

 

Foto: Mazda

 

Salimos de la ciudad

 

Una boda nos llevó de la Ciudad de México al Puerto de Veracruz, y si bien pudimos haber tomado el nuevo libramiento, la ruta antigua mantiene sus retos y fue ahí donde probamos la dinámica del Mazda 3 Sedán.

 

Uno de los puntos clave cuando vas a pasar alrede­dor de cuatro horas en el ve­hículo es la comodidad de los pasajeros y, sin problemas, cinco personas pueden viajar, como se dice coloquialmente, “a sus anchas” mientras que el espacio en la cajuela nos permitió llevar el equipaje completo, es decir la maleta del conductor y la inmensa valija de nuestra compañera de viaje, que, sin problemas, hubiera acaparado el espa­cio completo de la versión hatchback, y aun así que­dó espacio para acomodar el equipaje de nuestros tres acompañantes.

 

Foto: Mazda

 

Con auto lleno de pasaje­ros (5) y maletas, podríamos pensar que el consumo de combustible y la dinámica de manejo iban a sufrir un cambio drástico, pero la rea­lidad fue otra.

 

Menos de un tanque de gasolina fue necesario para completar el recorrido, alrededor de 400 kilómetros, contando las subidas de la carretera de Puebla y las constantes frenadas y ace­leraciones para superar al tránsito más lento.

 

Mazda no sólo trabajó en hacer placentero el vehículo para los ocupantes, sino ade­más para el conductor.

 

Foto: Mazda

 

Los controles son de fácil acceso e intuitivos en todo mo­mento, un punto a favor cuando se maneja en autopista a alta velocidad. Superar el límite de 110 km/h era sencillo gracias, de nueva cuenta, al buen trabajo del motor y la transmisión, que no sufren para acelerar a fondo y liberar todo el potencial.

 

La experiencia deportiva mejora más cuando encontra­mos las paletas de cambio en el volante, y el botón Sport en la consola central, que modifica la gestión del propulsor y la caja, llevando las revoluciones al lí­mite antes de hacer el cambio.

 

Foto: Mazda

 

Mientras en las rectas se refleja el poder del motor, es en las curvas donde se disfru­ta más el manejo. Donde se apunta el volante es a donde el coche se dirige sin tamba­lear, incluso, a pesar de lo dis­parejo de algunos tramos de la autopista; la suspensión trabaja de tal manera que reduce el balanceo del auto, ya sea ha­cia arriba o abajo, o de forma lateral.

 

Un obstáculo en el cami­no nos hace tener que girar de forma brusca para esqui­varlo, y gracias a los contro­les de seguridad activa y a las cualidades de la platafor­ma Skyactiv, pudimos librar­lo sin miedo de perder el control.

 

Foto: Salomón Ramírez

 

El Mazda 3 recibió una ma­nita de gato, que completa un auto que no le teme a las altas velocidades y la diversión.

 

Especificaciones

 

Motor

 

TIPO: L4 2.5 litros

POTENCIA HP/RPM: 188/5,700

TORQUE LB.-PIE/RPM: 184/5,250

TRACCIÓN: Delantera

TRANSMISIÓN: Automática 6 velocidades con modo manual

TIPO: V6 3.0L turbodiesel

CONSUMO COMBINADO: 16.5 km/l

 

Seguridad

 

BOLSAS DE AIRE: Frontales, laterales y de tipo cortina

CINTURONES: Cinco de tres puntos

FRENOS: De disco con ABS

OTROS SISTEMAS: Control de tracción y estabilidad, distribución electrónica de fuerza de frenado, pedales colapsables en caso de colisión, sistema de anclaje para silla de bebe LATCH, alarma antirrobo con inmovilizador de motor, control de velocidad crucero, seguro para niños en puertas traseras, ajuste de altura para cinturones de seguridad delanteros con pretensores 

 

 

 

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