Automovilistas, ciclistas y peatones; todos lo hacemos mal

Nuestra relación en las calles, sobre todo en las grandes urbes como el Distrito Federal, es amor apache, una eterna batalla por ganar el más mínimo espacio en el asfalto y la excusa de “se me hace tarde” está en cada una de las personas que infringen el Reglamento de Tránsito.

Aceptémoslo: somos unas bestias tanto en cuatro y dos ruedas como en dos  piernas: peatones que aparecen detrás de un camión y, cual kamikazes, cruzan la lateral para ahorrar un carril y medio de distancia cuando les toque el siga, autos que se detienen en las cebras peatonales o ciclistas o motociclistas rebasando por en medio de los carriles. Con este panorama no es raro que en el país haya un saldo de 14 personas atropelladas a diario.

De acuerdo con el Informe del Consejo Nacional para la Prevención de Accidentes, sobre la situación vial del país 2014, la tasa de mortalidad por lesiones causadas por el tránsito en el país fue de 14.6 muertos por cada 100 habitantes.

La mayor parte de éstas fueron peatones, seguido en frecuencia por los automovilistas y pasajeros de camiones, camionetas o autobuses, motociclistas y, por último, los ciclistas.

Además, por cada muerto hay 15 personas lesionadas que requieren de atención hospitalaria y 70 con lesiones menores, de acuerdo con el Informe mundial sobre la prevención de los traumatismos causados por el tránsito, de la Organización Mundial de la Salud.

Claro que estas estadísticas no importan cuando uno está estresado en medio del tránsito avanzando cinco centímetros cada diez minutos con ganas de llegar al destino final. Sin embargo, por más desesperado que uno esté no es motivo para infringir la ley.

Las reglas se hicieron para respetarlas y, a pesar de que haya una poca efectividad en la aplicación de sanciones que sólo castiga a los automovilistas, transporte de pasajeros y de carga y motocicletas (si los ven), no es motivo para que ciclistas y peatones se vuelvan unos bárbaros en las calles.

Si no podemos tomar el ejemplo de países como Estados Unidos o Portugal, donde existe una multa económica para los peatones que no cumplan las reglas al momento de cruzar la calle, o como en España, donde la multa si un peatón está implicado en un accidente es de mil euros, debemos crear conciencia en nuestro comportamiento en las calles y, de una vez por todas, dejar al imprudente que llevamos dentro y fluir, tal vez lentamente, pero fluir sin contratiempos.

El Reglamento de Tránsito establece en los artículos 6, 8, 9, 10, 11 y 29 los derechos y obligaciones de automovilistas, ciclistas, motociclistas y peatones. Grábatelos bien. 

(Infografía: Cristina Medrano)