Clase G de Mercedes-Benz está lista para la destrucción

Bien dicen que si algo funciona no vale la pena cambiarlo. Este es el caso de la Clase G de Mercedes-Benz que, desde hace 24 años, mantiene su segunda generación, y que al día de hoy sólo han sido necesarias dos actualizaciones para mantener sus estándares de confort y seguridad.

Sin embargo y a pesar de las ligeras modificaciones, a la fecha sigue forjando una leyenda, a la cual tuvimos la oportunidad de ponerle las manos en un día gris, de esos que anuncian una gran tormenta, para descubrir cada uno de los argumentos por los que sigue siendo el buque insignia de la firma alemana.

Desde que salimos de la Antigua Hacienda de Tlalpan, el convoy de siete unidades atraía todas las miradas. Ya que más allá de que conserve la estructura cuadrada y orientada a poder superar cualquier obstáculo que se desarrolló desde 1972, entre la dupla Daimler-Benz y la compañía Steyr-Daimler-Puch, su imponente imagen llama la atención y genera la duda de quién será la persona que lo maneja.

Si bien la versión G500 tenía una muy buena aceleración, gracias a la potencia de 387 caballos de fuerza que genera su motor V8 5.5 litros, a altas velocidades era muy inestable.

Mientras nuestro compañero de viaje peleaba con el volante por demostrar sus habilidades, nosotros disfrutábamos de las comodidades que ofrece esta camioneta, como el ajuste lumbar en el asiento de piel con calefacción, que no dudamos en utilizar (sí, estaba frío).

Programamos el bluetooth de nuestro iPod con una selección de música que nos hizo olvidarnos de la incomodidad de alejarnos de nuestra mochila, guardada en la cajuela, ya que no encontramos algún lugar en el lugar del copiloto para ponerla sin que nos estorbara.

El sol seguía escondido tras los nubarrones cuando llegamos a una vereda en el Parque Nacional El Tepozteco e hicimos el cambio de piloto, el camino seguía mojado y con una pendiente ascendente muy accidentada, un reto que, dudamos un poco que saliéramos sin un rasguño.

Pero este SUV sacó su espíritu militar, bastó con activar el bloqueo de diferencial delantero, que transmite el torque de 390 lb-pie a las llantas de enfrente, para que ese paso intimidante se convirtiera en un paseo otoñal.

También se puede bloquear sólo el eje trasero o utilizar el bloqueo integral, dependiendo de la situación del terreno.

De regreso, subimos a la versión G63 AMG. La inestabilidad que sentimos en la versión de entrada desapareció por completo y se convirtió en agilidad y dinamismo para surcar las sinuosas curvas de la México-Cuernavaca, mientras disfrutábamos la deportividad de su motor V8 biturbo de 544 hp.

Clásica, elegante y con un porte sofisticado, la Clase G continúa forjando su leyenda.

MERCEDES-BENZ CLASE G A DETALLE

»G 500 L

Motor: V8 5.5 litros

Potencia:387 hp

Torque: 390 lb-pie

Transmisión: Automática 7G-TRONIC PLUS

0-100 km/h: 6.1 segs.

»G 63 AMG

Motor: V8 biturbo 5.5 litros

Potencia : 544 hp

Torque: 560 lb-pie

Transmisión: AMG Speedshift Plus 7G Tronic

0-100 km/h: 5.4 segs.

»G 65 AMG

Motor: V12 biturbo 6.0 litros

Potencia : 612 hp

Torque: 737 lb-pie

Transmisión: AMG Speedshift Plus 7G Tronic

0-100 km/h: 5.3 segs.

Frenos: De disco con ABS

Bolsas de aire: Frontales y laterales para conductor y pasajero y de cortina Otros sistemas: Control de tracción y estabilidad, servofreno de emergencia, freno adaptativo con función HOLD, ayuda al arranque en pendiente, función de frenos secos, cámara trasera, control activo de ángulo muerto, advertencia visual de ángulo muerto. Sintonizador de TV, sistema de sonido Harman Kardon con 12 bocinas

Precios:

G 500 L: 1 millón 899 pesos

G 63 AMG: 2 millones 659 pesos

G 65 AMG: 4 millones 199 pesos

G 63 AMG 6x6: 8 millones, bajo pedido