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Los autos de Pedro Infante... tan intrépidos cómo él

Le gustaba consentirse con autos y motos...

POR: Pablo Monroy el Lun, 16 de Abril de 2018, 06:51 pm

Pablo Monroy

Pablo Monroy |

Licenciado en Periodismo por la Escuela de Periodismo Carlos Septién García, fotógrafo automotríz y entusiasta de las cuatro ruedas. / IG: @elpablomonroy

 

Cuando nos referimos a Pedro Infante, el ídolo mexicano que nos cautivó por sus fantásticas actuaciones en la época dorada de cine nacional y por su gran calidad interpretativa como cantante, es muy probable que llegue a tu mente la imagen de él trepado en su motocicleta, acompañado de Luis Aguilar, mientras cantaban “parece que va a llover, el cielo se está nublando, parece que va a llover, hay mamá me estoy mojando”, una de las escenas más emblemáticas de la cinta “A toda Máquina” del año 1951.

 

Y es que detrás de las cámaras Pedrito, como se refieren a él sus seguidores, era gran entusiasta de las motocicletas, una pasión que surgió justamente cuando terminó de grabar dicha película y su segunda entrega “Qué te ha dado esa mujer”. De modo que, a 61 años de su partida, te presentamos algunas de las joyas sobre ruedas de las que Pedro se sintió orgulloso.

 

1.- HARLEY-DAVIDSON 1955

 

Se trata de una motocicleta Harley pintada en color police white, con número de motor 55-FLE-5402, que se compró en la Ciudad de México un seis de febrero de ese año y que tuvo en su poder hasta el 24 de octubre de 1956.

 

pedro infante con su moto

 

 

 

Equipaba un motor Panhead en V a 45 grados refrigerado por aire de 1,200 centímetros cúbicos de cilindrada, capaz de entregar 50 caballos de fuerza y 62 libras-pie de torque, acoplado a una transmisión de cuatro velocidades con palanca de cambios al tanque y embrague de pedal en el pie derecho. Con estas cifras, la Harley de Pedro podía alcanzar una velocidad máxima cercana a los 160 km/h.

 

 

harley-davidson-pedro-infante

 

 

2.- LINCOLN CONTINENTAL1942

 

Pedro Infante también fue apasionado de las cuatro ruedas, y por sus manos pasaron dos flamantes vehículos. El primero fue un Lincoln Continental 1942 V12 convertible que, para poner en movimiento sus más de 1,840 kilos de peso, guardaba en sus entrañas un propulsor de doce cilindros en V 5.0 litros, que desarrollaba 130 caballos de fuerza, gestionados al eje trasero por una transmisión automática de tres velocidades.

 

Se fabricaron solo 136 unidades, pues su producción se suspendió tras el ataque que la Armada Imperial Japonesa orquestó a la base naval militar norteamericana Pearl Harbor, en Hawái, en diciembre de 1941, suceso que desencadenó la segunda guerra mundial; Ford reanudó la producción de este modelo hasta 1946.

 

lincoln continental pedro infante

 

 

3.- MERCEDES-BENZ SL 300

 

La segunda joya sobre ruedas del sinaloense fue un Mercedes SL300 1956 “alas de gaviota”, pintado en color blanco que contrastaba con la tapicería roja del habitáculo.

 

Bajo la tapa del larguísimo cofre equipaba un motor de seis cilindros en línea 3.0 litros, dotado con un sistema de inyección directa de combustible firmado por Bosch. Sus 215 caballos de fuerza los desplegaba a partir de las 5,800 revoluciones por minuto, sin embargo, ya desde las 4,600 se podía disfrutar de las 202 libras pie de empuje al eje trasero. Tardaba 8.2 segundos en empujar la aguja del velocímetro de cero a 100 km/h y alcanzaba una velocidad máxima de 245 km/h.

 

mercedes benz pedro infante

 

Otra de las grandes pasiones del ídolo de México fue el mundo de la aviación. Era piloto calificado y sumó cerca de dos mil novecientas horas de vuelo. Lamentablemente el 15 de abril de 1957 sufrió un accidente que cobró su vida, cuando comandaba “El capitán Cruz”, un ex bombardero de la segunda guerra mundial, mientras surcaba el aire en un viaje entre Mérida Yucatán y la Ciudad de México.

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