Visitamos el ÚNICO MUSEO PRIVADO DE PORSCHE y esto fue lo que nos encontramos

GMÜND, Austria.- El aire que se respira en el ambiente es de historia y no es para menos, pues estamos parados en las estrechas calles de Gmünd, un pequeño pueblo en Austria donde los primeros vehículos bajo la firma Porsche fueron construidos entre 1944 y 1950.

Frente a nosotros las robustas puertas de madera del único museo privado de Porsche en el mundo, una construcción que a primera vista parece más un establo que un museo, narra en sus dos pisos los primeros años de vida de la firma se Stuttgart.

Foto: Pablo Monroy.

Al cruzar el umbral, sentado detrás del mostrador, se encuentra nada más y nada menos que el creador de este recinto, el señor Helmut Pfeifhofer, un hombre de aspecto recio y pelo cano que el 18 de mayo de 1982 abrió las puertas de este lugar.

Cinco años antes de cortar el listón de inauguración, Pfeifhofer compró estas instalaciones que en sus años de plenitud, fueron los antiguos establos de los condes de Lodron, por ahí entre los años 1500 y1550.

Foto: Pablo Monroy.

Tras pagar ocho euros por el acceso lo siguiente es adentrarse en un salón donde se proyecta una película de aproximadamente 20 minutos de duración sobre la historia de Ferdinand Porsche y sus primeras creaciones.

Sentados frente a la pantalla, del lado izquierdo se exhiben seis motores empotrados a la pared que cuentan la evolución del motor boxer de Porsche. Del lado izquierdo vitrinas que dejan ver réplicas a escala de coches como el 356, emblemas antiguos y un montón de accesorios que evocan a la marca.

Luego de empaparnos con la historia de la compañía apresuramos el paso a la primera sala de exposición para encontrarnos con nuestra primera gran sorpresa: una estructura de madera en la que los antiguos maestros carroceros daban forma de manera artesanal a los paneles que conformaban la chapa del 356 a golpe de martillo.

Foto: Pablo Monroy.

Al lado de este esqueleto de madera, restaurado en 1984 para su exhibición en el museo, descansa un 356 con carrocería de aluminio fabricado en 1948. Lo escoltan un 356 Carrera Speedster de 1958, 911 Speedster 1989, 996 GT3 RS 2001 de carreras... hasta que nuestra mirada se detuvo en un tractor Porsche de 1950 luego de subir la escalera al segundo piso.

Foto: Pablo Monroy.

El segundo nivel es igual de impresionante: un 906 Carrera 1966 preparado para Le Mans cuyo peso ronda apenas los 675 y otras joyas del mundo del deporte motor como el 911 GT1 1997.

Otra de las joyas que guarda el Porsche Automuseum Helmut Pfeifhofer es un 911 Carrera de la policía austriaca que estuvo en activo de mayo a octubre de 2006, pues resultó muy costoso para la autoridad su mantenimiento y finalmente fue comprado por la familia Pfeifhofer.

Foto: Pablo Monroy.

Y si la entrada al museo nos había resultado espectacular, llegar a la salida y pasar por la pequeña tienda de souvenirs resultó igual de emocionante. Además de las características gorras y playeras, existe un aparador nutrido de replicas a escala de los autos más emblemáticos de Porsche para todos los gustos con un nivel de detalle tan cercano a la realidad que resultan muy tentadores, van desde los 25 hasta los 100 euros.

Foto: Pablo Monroy.

Checa la galería de fotos y enamórate de todos los coches que este museo guarda para los entusiastas de Porsche.