Sebastian Vettel 150 carreras después

La mañana del 12 de junio de 2007 resultó inusual en el paddock del Gran Premio de Estados Unidos que se celebró en Indianápolis. Al trajín común de un jueves previo a una carrera de Fórmula 1 se sumó una preocupación dentro del equipo BMW-Sauber, ¿qué hacer con el polaco Robert Kubica?

El tiempo avanzaba y Mario Theissen, director deportivo del proyecto de la Fórmula 1 de la marca bávara, dudaba de la decisión. El parte médico fue determinante y por la salud de Kubica se decidió que no correría en Indianápolis ante el riesgo de empeorar su condición física.

El piloto polaco había sufrido un fuerte impacto apenas unos días atrás en el Gran Premio de Canadá, mismo que lo mandó al hospital de donde salió sin problemas graves; pero exponerlo a las fuerzas G del Brickyard no era una idea conveniente.

Foto BMW

La situación requirió de una decisión inmediata y no prevista del todo. En pocos minutos, Sebastian Vettel pasó de ser un piloto de desarrollo de un proyecto entre Red Bull y BMW, a un competidor oficial de la máxima categoría del automovilismo sustituyendo a Kubica.

En el paddock surgía la pregunta del potencial del alemán, pero también había altas expectativas por lo que había logrado este chico en poco tiempo; entre ello, el récord de victorias de la Fórmula BMW Alemana, mientras que en ese momento combinaba su actuación de piloto de pruebas del equipo de Fórmula 1 con su labor de tiempo completo en la World Series by Renault donde peleaba el campeonato.

Los preparativos iniciaron y en pocos segundos la vida de Vettel cambió. Algunos pensaron que sería una ocasión única y solo obedecía a lo extraordinario de la situación; pocos imaginaron que era el inicio de una carrera prometedora que este domingo cumple 150 grandes premios en la Fórmula 1, de los cuales, suma 41 victorias que lo colocan como el tercero más exitoso de la parrilla a lado del tricampeón Ayrton Senna, a quien por cierto, ya superó en títulos al sumar cuatro, todos de forma consecutiva.

Foto BMW

Vettel no decepcionó la confianza de BMW ni de Red Bull. El chico se ganó rápidamente el apodo de joven maravilla al clasificar en la séptima posición a pesar de su poco tiempo de práctica sobre el monoplaza. En carrera no falló y logró la octava posición y su primer punto en el Gran Circo.

Los reflectores voltearon a él y de inmediato surgió la pregunta ¿regresarás a World Series o dejarás eso por la Fórmula 1 de forma inmediata? Con la paciencia que lo caracteriza; Vettel respondió que el Gran Circo no era su prioridad en ese momento y que buscaría el título de la serie junior. Él tenía sus planes en su mente, pero no contaba con los de Red Bull, quienes al ver el desempeño del joven maravilla reclamó su patria potestad a BMW para mandarlo a Toro Rosso.

Vettel vistió los colores de la casa de Faenza a partir del Gran Premio de Hungria para, un año después, lograr su primer victoria en Monza, Italia, la única que por ahora puede presumir Toro Rosso y que se convirtió en el estandar de Red Bull. “Si se quiere tener éxito aquí, se debe repetir lo que hizo Vettel”, han sido palabras que Helmut Marko, asesor de la casa austriaca, ha repetido en innumerables ocasiones.

Foto: Toro Rosso

Varios pilotos han pasado por Red Bull Junior Program desde entonces: Jean-Eric Vergne, Jaime Alguersuari, Sebastien Buemi y la lista sigue. Para Vettel, solo fue el primer paso para una historia que hoy en día augura más éxitos, pero ahora de la mano de Ferrari.