Vuelve la leyenda: Alpine está de regreso

En Le Mans, Alpine se vistió de gala. La ocasión lo ameritaba pues la marca francesa, que depende de Renault, cumple 60 años desde su fundación y decidió celebrarlo con la presentación del Alpine Célébration, un tributo al icónico A110, la cúspide del proyecto de autos deportivos de Jean Rédéle.

La estética del showcar de Renault-Alpine respeta las líneas de uno de los deportivos más exitosos en las carreras de los 60 y 70, manteniendo detalles racing como los faros dobles al frente, combinándolo con un diseño y materiales contemporáneos, como detalles en fibra de carbono.

Foto: Renault

La firma francesa no ha compartido detalles sobre la motorización, pero con esta presentación nos deja claro cuál es el camino que tomará el nuevo modelo de producción de Alpine, en 2016.

EL INICIO

En 1952, Jean Rédéle buscaba un bólido que pudiera ganar las competencias de la época, como la Mille Miglia, y junto con el diseñador Giovanni Michelotti, tomaron como base un Renault 4CV y lo convirtieron en el A106 un deportivo confiable tanto mecánicamente como en su manejo que tuvo un gran éxito en el Rally de los Alpes, de ahí que su nombre de la compañía sea Alpine. En 1958, Alpine tomó el diseño de Michelotti y desarrolló un 2+2, impulsado por un motor Dauphine Gordini de 845 cc, dando a luz al A108, haciendo popular a la fábrica francesa.

ADELANTADO A SU ÉPOCA

Siguiendo la inercia de la fama y la fortuna, Alpine presentó el A110, un coupé deportivo que utilizaba las partes de Renault 8 y, al igual que su antecesor, incorporaba un chasis reforzado con acero y cuerpo de fibra de vidrio.

Una de las ventajas de estos modelos fue el uso de partes de un modelo de volumen, producido en serie, de ahí que la firma francesa garantizaba la confiabilidad en su producto, tanto que su producción duró 17 años.

Conquistó el Campeonato Internacional de Rallies, predecesor de WRC, en 1971, y, dos años después, alzó la corona del recién creado Mundial de Rallies.

Foto: Renault

Originalmente, se construyó en la fábrica de Dieppe, en Francia, pero a mediados de los 60 Renault concedió la licencia para fabricar distintas versiones en Bulgaria, España y México.

PURO MEXICANO

Cuando Renault llegó a México confió en la firma de camiones Diesel Nacional (Dina) para fabricar varios de sus modelos: Dauphine, Estafette, R4L, R4F, R8, R10 y posteriormente los R8S, R5, R12 en versión station wagon y de lujo. Además, Dina proveía a varias dependencias de gobierno con estos modelos, volviendo a la marca francesa popular entre la gente.

Así que era de esperarse que en 1965 Dina tuviera la licencia para producir el A110. Por problemas con el registro de marca de Alpine, se decidió rebautizar al deportivo como Dinalpin, combinando el nombre de ambas marcas y quitando la “e” para respetar la fonética francesa: “Alpín”, de acuerdo con el presidente del Club Alpine México, Alejandro Konstantonis.

A diferencia de los demás modelos que se fabricaban en Ciudad Sahagún, Hidalgo, el Dinalpin tuvo un lugar en Industrial Vallejo, en la Ciudad de México. La versión Berlinette fue la que salió de esas líneas de producción en 1965, seguido de la versión convertible (que duró hasta 1967) y los primeros GT4.

Su producción fue muy baja debido a su alto costo, ya que el Berlinette era más caro que el Ford Mustang, más o menos 40 mil pesos en aquella época, siendo el muscle car más grande y potente.

Hasta 1974, cuando se detuvo la producción del Berlinette, se fabricaron 508 unidades de esta versión, 128 de la GT4 y 57 del Cabriolet, de acuerdo con la investigación de Alejandro Konstantonis. Algunas de estas unidades se exportaron a Nueva Zelanda, Francia, Bélgica, Japón y Estados Unidos.

El que es ahora objeto de culto entre muchos coleccionistas está por revivir y de acuerdo con Laurens van den Acker, jefe de diseño de Renault, deberá ser el 911 de la firma.