Conoce al diseñador que le fabricó a Darth Vader su bólido

Es un domingo soleado, ideal para salir de paseo. En el camino, aparece por el retrovisor un auto negro, con una parilla alargada hacia enfrente y, mientras más se acerca, se va definiendo la silueta de un casco: no hay duda, el conductor es Darth Vader, quien revoluciona su motor V8 para retarnos a un duelo en el asfalto.

Está bien, sólo es otra de nuestras historias de Hot Wheels, un mundo en el que todo puede pasar gracias a la imaginación de diseñadores como Bryan Benedict, un hombre que ha conseguido, durante diez años, que los personajes más populares de la televisión y el cine se trasladen en vehículos hechos a la medida.

“Cuando estaba en la escuela o en la industria, siempre me inspiraba en características de criaturas y personajes y luego los incorporaba en mis diseños”, recordó Bryan Benedict.

Su obra más reconocida y la de mayor reto fue crear el auto del Señor Oscuro del Universo de Star Wars: Darth Vader.

“Darth fue el personaje más divertido de hacer y un reto único porque tiene muchos fans alrededor del mundo. De hecho comencé con una lista de palabras clave que representaban a Vader y las mantuve frente a mí mientras estaba dibujando y las volteaba a ver para capturar esa esencia.

“Me sentía obligado a hacerle justicia”, relató el diseñador en su reciente visita al Salón de Hot Wheels. El diseño se terminó en noviembre, pero cinco meses después el reto se incrementó ya que la marca sugirió fabricarlo en tamaño real para la Convención Anual de Comics más importante del mundo, en San Diego, California.

¿Complicado? Claro que no, para Bryan fue como convencer a Anakin Skywalker para que siguiera el lado oscuro de la fuerza gracias a su experiencia dentro de la industria automotriz.

“Si te das cuenta, la silueta del auto real es idéntica al de escala, porque cuando boceto un Hot Wheels lo hago sobre la plataforma de un auto real.”

El primer boceto lo diseñó sobre un chasis de un Viper, pero al final, el prototipo se fabricó sobre la plataforma  de un Corvette de quinta generación. Gracias a estas características, el auto pudo construirse en siete semanas.

Se le montó un motor V8 de 6.2 litros, fabricado por General Motors, que genera una potencia de 526 caballos de fuerza. “Trato de diseñar los Hot Wheels como si fueran uno de verdad”, tanto que a este vehículo le incluyó un freno secundario, acoplado al eje trasero, que permite hacer que el auto se derrape.

Del pragmatismo al surrealismo

Desde que tiene memoria, Bryan Benedict ha tenido la habilidad de bocetar autos con facilidad. Este don le dio la seguridad de escribir una carta a Hot Wheels, a los ocho años, diciéndoles qué tipo de autos podrían incluir en su oferta. “Me contestaron con un cortés ‘gracias, pero no, gracias’”, dijo Benedict.

Sin embargo, no todo ha sido fácil. Criado en una familia muy pobre y con un padre que trabajaba en una granja, era de esperarse que en casa no consideraran el diseño automotriz como una profesión.

Las dudas fueron tan grandes que, a los 12 años escribió una carta a General Motors para preguntar si en verdad podría dedicarse a eso, a lo que la firma estadunidense le respondió con trípticos del Centro de Diseño de la Escuela de Artes en Pasadena, California, en la que Benedict se graduó.

Ahí desarrolló su capacidad de esculpir la líneas de los vehículos, como el concepto Honda Element o también en el desarrollo de la primera generación del Mercedes-Benz CLS.

Podría ser el sueño de cualquier amante de los autos, pero a Bryan le faltaba algo.

“En la industria automotriz hay muy pocas oportunidades de hacer grandes e impresionantes cosas que resalten en las revistas como concept cars increíbles. Pero si no estás haciendo eso, lo demás puede parecer mundano y aburrido. Estando ahí me sentía un poco estancado, no podía explorar mucho el lado creativo del diseño”, confesó.

“Pero cuando entré a Hot Wheels, honestamente fue un shock cultural”. Acostumbrado a pasar meses analizando si debía mover una línea dos milímetros hacia arriba, tuvo que acostumbrarse a desarrollar ideas en el menor tiempo posible.

“Aquí no hay tiempo para contemplar tus diseños. Hacemos tantos productos en tan poco tiempo que tienes que tener esa idea increíble y plasmarla en el papel para que sea producida tan rápido como sea posible.”.

A lo largo de diez años, Bryan ha adaptado sus conocimientos en la industria automotriz a diseños simples que han cautivado a más de uno, como el auto de la Rana René, el de Aquaman o el Superfasto, un auto inspirado en los luchadores mexicanos.

“El nivel de creatividad que te permite explorar Hot Wheels es muy emocionante y muy satisfactorio. Me estoy divirtiendo más que en la industria automotriz”, finalizó.