Un final digno de película. Toyota pierde en las últimas vueltas de Le Mans

LE MANS, Francia.- Dramático, hermoso, de película, así fue el final de la edición número 84 de las 24 Horas de Le Mans, con Porsche cruzando la línea de meta por delante de Toyota tras haberle dado 384 giros al trazado de La Sarthe, para así sumar la victoria número 18 de su historia y consolidarse como la marca que más veces ha triunfado en esta carrera.

El equipo Porsche disfrutando un triunfo que ni ellos imaginaban. Foto: AP

Sesenta autos se habían formado para arrancar la carrera y en ese momento sólo importaban dos. Ni a Lee H. Katzin director del legendario filme de culto Le Mans, protagonizado por Steve McQueen, se le hubiera ocurrido detener al prototipo japonés que había dominado al menos la mitad de la carrera, prácticamente a cinco minutos de que ondeara la bandera a cuadros. Fue como ralentizar el tiempo.

Cuando el piloto suizo Neel Jani, a bordo del 919 Hybrid marcado con el número dos,  se enteró por radio que el prototipo número 5 de Toyota, conducido por Kazumi Nakajima hasta ese momento héroe nacional, perdía potencia,  apretó el pasó y corrió tan rápido como pudo hacia su presa. Promediaba alrededor de 250 kilómetros por hora y lo separaba poco más de medio minuto del híbrido japonés, 23 horas y 55 minutos luchando hombro con hombro se resumían en ese instante.

Y es que desde hacía poco más de 50 minutos el piloto de Porsche hora había recibido la orden de empujar tanto como pudiera para darle alcance al japonés, así que ir aún más rápido no sería tarea fácil.

El bólido número 5 de Toyota perdió potencia y se detuvo en la recta principal. Foto: Transmisión 24 Horas de Le Mans

Sin embargo, pareció que las manecillas del reloj se detuvieron al tiempo que un inesperado silencio invadió las tribunas del circuito, miles de almas voltearon a ver las pantallas incrédulos, inciertos.

Las caras de sorpresa se multiplicaron y las bocas se fueron abriendo, cada vez más, conforme la noticia se fue esparciendo como pólvora: el auto de Toyota, que para ese momento administraba una cómoda ventaja que llegó a ser de casi minuto y medio, estaba herido de muerte y era vulnerable, por lo que su pobre desempeño ofrecía un cierre digno de Hollywood, digno de Cars e indiscutible motivo de inspiración para Pixar.

La cara de incredulidad del equipo de Toyota impresionó al mundo. A cinco minutos de terminar la competencia perdían el liderato. Foto: Transmisión 24 Horas de Le Mans

La agonía terminó hasta que la guillotina llegó a su destino y la cabeza del equipo japonés rodaba sobre el asfalto del circuito semipermanete, al tiempo que el mítico 919 Hybrid superaba, prácticamente en la línea de meta, al desafortunado perdedor. Miles de rebases, cientos de incidentes habían pasado y ninguno tan dramático como el último de la carrera.

Desde 1991, hace 25 años cuando Mazda se alzó con la corona a bordo de su 787B con motor rotativo, ningún otro equipo japonés ha logrado volver a ganar en Le Mans, y la consigna sigue vigente, Toyota se ha quedado al filo de la navaja, luego que desde 2012 han estado muy cerca de lograrlo... aunque nunca tan cerca como ayer.

Las caras de júbilo y celebración rápidamente se transformaron en frustración. Foto: Transmisión 24 Horas de Le Mans

Detrás del Porsche de Romain Dumas, Neel Jani y Marc Lieb el bólido de Sebastien Buemi, Kazumi Nakajima y Anthony Davidson logró cruzar la línea de meta, tras haberse arrastrado lentamente hacia la bandera a cuadros luego de haberse detenido en el carril de pits y aún así lograr llegar en segundo lugar.

Por desgracia, por haberlo hecho en un tiempo que superaba y por mucho el tiempo promedio de sus vueltas (alrededor de doce minutos tardaron en dar su última vuelta) y debido a que su último giro fue demasiado lento, el auto número cinco desapareció de las pantallas, quedando eliminado de la clasificación.

El Porsche 918 Hybrid fue el primero en cruzar la línea de meta, conquistando así su triunfo 18 en esta legendaria competencia. Foto: AFP

De tal suerte que, alcanzó para que el segundo auto de Toyota, conducido por el ex compañero de Sergio Pérez, Kamui Kobayashi, llegara en la segunda posición a pesar de haberle dado solamente 381 vueltas a la pista, por lo que, milagrosamente, el Audi R18 alcanzó un inesperado podio, que ya daba por perdido, logrando así mantener su racha invicta de siempremisa de terminar cuando menos en la tercera posición, cuando de luchar por la gloria de Le Mans se trata.

Ford repite el guión

Luego de que su regreso a Le Mans era uno de los más esperados por la carga histórica de la hazaña, Ford también logró quedarse con su pedazo del protagonismo, luego de que la marca del óvalo azul logró la victoria de la GTEPro, con el nuevo Ford GT, y tal como ocurriera hace 50 años (en su primera victoria con el GT40) superando a Ferrari.

El auto marcado con el número 68 conducido por el tetracampeón de la Champ Car, originario de Le Mans, Sebastien Bourdais, cruzó la línea de meta en la 18 posición general y primero de su categoría, para así cumplirle el capricho a Ford de volverle a ganar a Ferrari en Le Mans, 50 años después del inicio de su histórico triplete.

EL Ford GT se inspira en aquel legendario vehículo que le dio tres triunfos a Ford en los 60. Foto: AFP

Ésta fue primera carrera en la historia de Le Mans que arrancó detrás del auto de seguridad y que durante las primeras doce horas de competencia prácticamente no tuvo mayores contratiempos, al final no quedó a deber en emociones y, por tan dramático desenlace, ya tiene un lugar reservado como uno de los capítulos más interesantes en la historia de la competencia.

Foto: AFP