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El legendario Porsche 911 ahora tiene más poder

POR: Cristian Moreno el Mar, 22 de Septiembre de 2015, 06:13 pm

Aunque a nivel estético los cambios lucen imperceptibles, debajo de la carrocería los ingenieros de la firma alemana trabajaron para hacer, como siempre, un deportivo de época. Foto: AFP +5 VER GALERÍA
Cristian Moreno

Cristian Moreno | Colaborador

Amo los autos y me apasiona la movilidad. Coordinador del concepto  Atracción en sus distintas plataformas. Editor del periódico Excélsior y conductor en Excélsior Televisión. Consultor, conferencista y colaborador del programa de radio Autos en Imagen. Ciudadano del mundo, hecho en Cuernavaca. 

Fiel a su costumbre, el nuevo Porsche 911 no ha hecho demasiados aspavientos para anunciar los profundos cambios que ha sufrido, pues no lo necesita. Sin embargo, habrá un antes y un después en la historia de los motores bóxer a partir de esta fecha.

 

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Desde Stuttgart han anunciado el inicio de una nueva era, la de los motores sobrealimentados para los 911 Carrera y Carrera S, sólo los más enterados podrán dimensionar qué tan relevante es tal innovación.

 

Con un recuerdo tan fresco de un cambio similar en la Fórmula 1 no era ocioso preguntar si los ingenieros de Porsche no estarían pecando de arrogantes y cometiendo el mismo error.

 

Sin embargo, bastaron cinco segundos parados frente al último cajón del carril de pits en el circuito de Hockenheim para que unos cuantos acelerones nos erizaran la piel, cortesía del ronco y característico sonido de su motor que no había desaparecido: música para nuestros oídos.

 

La cuenta del departamento de audio estaba saldada así que era hora de evaluar el desempeño. Todas las versiones del Carrera (370 hp) y Carrera S (420 hp) estaban formadas para ir a la pista.

 

Desde la salida del pit la aceleración fue contundente, nuestro piloto no fue tímido con el acelerador y de inmediato puso a prueba el motor 3.0 litros bóxer, que modificó su arquitectura para darle espacio a dos turbocargadores.

Las poco más de 368 libras-pie de torque de inmediato entraron en acción. Nunca antes un motor atmosférico entregó el torque tan contundente y dinámico, prácticamente desde las 1,700 revoluciones por minuto, basta recargar el pie en el acelerador.

 

Le hicimos la pregunta obligada al piloto, por qué cambiar, él nos volteó a ver y con una sonrisa en los labios tomó con firmeza el volante, al tiempo que empujaba la aguja del tacómetro hacia el lado derecho. La curva se acercaba peligrosamente y no le veíamos intenciones de pisar el freno, así que optamos por pegar la cabeza hacia el asiento.

 

Con un acertado movimiento de las muñecas acomodó el auto y lo sacó de la curva acelerando, la línea que trazó no era la convencional, había tomado parte del escape de la curva para dibujar una cerrada parábola. “Con un atmosférico no nos hubiera alcanzado el tiempo”, aseguró. Cientos de pequeños cambios han modificado el alma de este emblemático deportivo.

 

La experiencia que la marca ha acumulado en vehículos como el GT3 RS e incluso el mismo 918 Spyder se ven reflejados en argumentos como el amortiguador que eleva la altura del frente, para pasar rampas o topes sin raspar.  Así como en un nuevo volante, herencia del 918, y un completamente nuevo sistema de infoentretenimiento.

 

Con un auto que es también más ligero y eficiente, Porsche llegó bien acompañado al Salón de Fráncfort, demostrando en la pista que los segundos que le han bajado al tiempo del Nürburgring no son sólo un argumento de ventas.

 

Las apariencias engañan y aunque los cambios no parecen radicales, este auto nos mostró que está más vivo y joven que nunca y que sigue siendo el referente de cómo debe comportarse un buen deportivo dentro y fuera de la pista.

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