La verdadera razón por la que medimos la potencia de los autos en caballos de fuerza

Desde siempre, cuando queremos saber la potencia que ofrece un auto vamos directo al apartado que nos indican los caballos de fuerza (hp), o caballos de vapor (cv), utilizados en Europa. Es algo que sabemos, aceptamos y no cuestionamos. 

Sin embargo, detrás de su uso generalizado existe una historia que nos explica el por qué se hicieron tan comunes. Seguramente te lo imaginas, pero lo explicamos a detalle a continuación. 

Para comenzar: un caballo de fuerza es la potencia necesaria para elevar 330 libras a 1 pie por segundo (en nuestra medida, 149,68 kg a 0.508 m/s).

Su historia

Todo comienza en la Revolución Industrial en Inglaterra. De hecho, no hace referencia a los automóviles, sino a las máquinas. En ese entonces el inventor James Watt, se dio cuenta que para demostrar la mejora en la potencia de sus máquinas debía idear una medida que le diese una idea clara a sus compradores los cambios en los aparatos que desarrollaba. 

Como lo habrás imaginado, los caballos eran no sólo medios de transporte, también instrumentos de carga muy comunes en esa época. 

Entonces desarrolló la referencia del caballo de fuerza, que en aquel entonces comenzó a fascinar a los nacientes empresarios que imaginaban el poder de las máquinas comparadas con la fuerza de los bien conocidos caballos. 

En Europa se utilizan los caballos de vapor (cv) que son ligeramente distintos a los caballos de fuerza que utilizamos en México. La proporción es de 1 cv= 0.986 hp. 

Gracias al éxito de las máquinas industriales de James Watt, muchas compañías adoptaron su medida para establecer un sistema de potencia en sus productos, hasta nuestros días en los que seguimos empleando esa rústica medida con las máquinas más poderosas y modernas. 

Ahora que lo sabes, tienes un dato más para demostrar que hablar de coches es más que elegir neumáticos y un bonito exterior. 

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