Nissan X-Trail: Tres eras coqueteando con el mundo

Sin importar qué tan competido estuviera el mercado, hace 13 años Nissan se aventuró a lanzar un nuevo producto que buscaba conquistar el segmento de SUV pequeñas, la X-Trail, una camioneta que no sólo llegó a ponerse al tú por tú con sus más cercanas competidoras (Honda CR-V y Toyota RAV-4) sino que, además, fue uno de los estandartes de su reestructuración.

Todo comenzó en 1994, cuando Toyota decidió lanzar la RAV-4 una SUV compacta que fue el hit en el mercado japonés. Sus contrincantes Honda y Nissan, no quisieron quedarse atrás. Honda hizo lo propio un año después, pero a Nissan le tomó un poco más de tiempo crear un vehículo que cumpliera con la premisa de ser un auto divertido con espacio para cuatro personas, que tuviera aptitudes todo terreno y que fuera muy accesible.

Desarrollando todos estos conceptos, en el Autoshow de Tokio de 1997 se presentó un concepto que se pensó que podría ser la evolución del Rasheen, una camionetita cuadrada que compartía la plataforma con el Sunny (en México, Tsuru) y que tenía un manejo todoterreno y que logró sobrevivir hasta el 2000, en lo que su sucesora desarrollaba cambios tan significativos como el mismísimo nuevo siglo.

Y así fue. Justo cuando Carlos Ghosn tomaba las riendas de la firma japonesa, el concepto de X-Trail lució en todo su esplendor en el Autoshow de París. Utilizando la misma plataforma del Almera, esta SUV compacta de formas cuadradas comenzó a comercializarse en noviembre de ese año ofreciendo en Japón un motor de cuatro cilindros y algunos detalles que se utilizaban en modelos de edición especial como los faros antiniebla.

A México, esta generación llegó en 2003 colocándose rápidamente como una de las tres favoritas. Para estas fechas, ya se podía tener una opción tipo premium con ventanas eléctricas, espejos laterales ajustados eléctricamente control de clima, reproductor de CD, cuatro bolsas de aire y cierre centralizado con control remoto, un esfuerzo de la marca por mejorar su calidad y una innovación para los clientes que buscaban tener más comodidades sin hacer costosos sacrificios económicos.

Parte de su éxito radicó en las proporciones que heredó de la Pathfinder, y que la mantuvieron seis años en el mercado, ofreciendo una gama mundial de tres motorizaciones a gasolina y una a diesel. Para continuar las tendencias de la moda, se hizo un ligero facelift en 2005.

Comenzó a fabricarse en Japón y luego su producción se extendió hasta las plantas que tiene Nissan en Taiwan y Thailandia, en Indonesia.

En 2007, el Salón de Ginebra recibía a una nueva generación de esta SUV. Ahora montada sobre la plataforma C, que también se usó en el Sentra de esos años, ésta camioneta llegó con un arsenal de asistencias en el camino y una imagen renovada, más fluida, sin perder su esencia cuadrada, con una parrilla más alta y reducida en longitud, con insertos cromados, una pequeña toma de aire en la parte inferior y, en la parte posterior, agregaba la luz de stop en la parte superior de la quinta puerta.

A finales de ese año, arribó al mercado mexicano reforzando lo que se había construído con la primera generación: un pilar en las ventas que dirigían a la marca a lo que es ahora: la dominante en las ventas nacionales con un 25%.

No hay que confundirse. En Estados Unidos y Canadá adoptó el nombre de Rogue, pero es la misma que se comercializa aquí. Sin embargo, ambos modelos han logrado coexistir en nuestro país distinguiéndose porque la Rogue es un poco más grande que la X-Trail y con un motor ligeramente más potente.

A la fecha, la X-Trail es un pilar para las ventas de Nissan en Estados Unidos, y, de acuerdo con personal de Nissan, en México se venden aproximadamente diez mil unidades al año, lo cual la hace una de las columnas principales de la fortaleza de comercialización de estos japoneses en nuestro país, junto con el Versa y el Tsuru.

Con bombo y platillo, el pasado Autoshow de Frankfurt pudimos apreciar a detalle la tercera generación de esta SUV, con un aspecto totalmente diferente: una imagen más afilada con líneas más fluidas, olvidándose del estilo cajita de leche, y con la nueva imagen de la firma sellada con la parrilla en forma de V.

Por dentro, las cosas llevan el mismo tenor, privilegiando el espacio envolviéndo a los pasajeros en materiales suaves y de buena calidad. En la consola central, una pantalla táctil desde el cual se puede manipular el sistema de infoentretenimiento y, detrás, la sorpresa de una tercera fila de asientos opcional, innovación en el segmento.