Si le das más poder al poder obtienes Nissan GT-R NISMO

SILVERSTONE, Inglaterra.- Una vez le pregunté a un piloto por qué decidió dedicar su vida al automovilismo a pesar de que en México no existe una cultura sólida, y él me respondió: “Nunca pude volar, así que uso el auto como si fuera mi avión y vuelo en el asfalto”. No encontré sentido a esa frase hasta que, frente al volante del GT-R Nismo el piloto instructor me dijo: “Acelera a fondo”.

La lluvia había azotado el día anterior la zona de Oxfordshire, donde se encuentra el legendario circuito inglés, pero también, área sede de más del 80% de los equipos de Fórmula 1.

El aire frío, característico de la región, combinado con la humedad soplaba sobre el circuito de Stowe, un pequeño trazado en el inflied de la pista que utiliza la máxima categoría del automovilismo. Tras cruzar el garage que conectaba el paddock con la pista nos encontramos con uno de los dos radiantes GT-R Nismo que existen en el Reino Unido. Uno de los organizadores nos dijo que originalmente eran tres, pero uno quedó destruido tras un accidente.

Éramos muchos, todos teníamos turnos cortos. Luego de un tiempo se escuchó a lo lejos “Excélsior”. Había llegado la oportunidad de ver de qué estaba hecho el monstruo que con tanta pasión se presentó en el Salón de Ginebra y que logró el récord de Nürburgring en febrero de este año.

El señor del circuito

Si manejar el GT-R por si solo despierta el aventurero que uno lleva dentro, su versión Nismo invita a pecar, a acelerar sin pensar en las consecuencias.

Al encenderlo, el ronroneo de su motor V6 biturbo 3.8 litros, era similar a su hermano, un sonido grave, similar a los de carreras, esos estruendos que enchinan la piel de  cualquiera.

La emoción (y la presión por los otros competidores) era tal que no pudimos detenernos a ver a detalle el habitáculo: pantalla táctil, insertos de fibra de carbono, volante y algunas partes del tablero forrados en alcántara... detalles que sobrepasan el lujo de los interiores en piel del GT-R. Arriba de ese monstruo nada importa, sólo acelerar.

Con la vida resulta y el cinturón de seguridad puesto, salimos de pits hacia una curva larga, con temor a perder el control en el primer giro. Así que primero dimos una vuelta de reconocimiento donde comprobamos la buena respuesta de la dirección igual de precisa que la del GT-R. Pasamos la última curva a la izquierda, “acelera a fondo” dijo el instructor.

El día anterior habíamos sentido la potencia de 550 hp y el empuje de 466 lb-pie de torque de un Godzilla, color negro, con el que recorrimos el circuito de F1. Creímos que sería una sensación similar... qué equivocados estábamos.

Los 600 caballos de fuerza y las 480 lb-pie de torque que impulsan el eje trasero de la versión Nismo empujaron inmediatamente nuestra cabeza contra el respaldo gracias a la magia de alcanzar los 100 km/h en menos de tres segundos.

Perdimos nuestra referencia de frenada por querer ver de lo que era capaz este vehículo. A pesar de entrar muy rápido a la curva, el auto logró dar la vuelta sin perder la línea gracias a la tracción en las cuatro ruedas y al kit aerodinámico especial: un alerón heredado de las carreras de Gran Turismo y pontones y una fascia delantera fabricadas con fibra de carbono, que aumentan la carga aerodinámica y mejoran su desempeño en la pista.

En la recta trasera de 700 metros aproximadamente, la más larga, decidimos pisar el acelerador a fondo: nos hizo falta asfalto para conocer su verdadera velocidad punta pues sólo alcanzamos 175 km/h (de una máxima de 350 km/h) y cuatro de las seis velocidades de su transmisión automática, la cual podíamos cambiar a placer gracias a las paletas detrás del volante.

Sí, sentimos que podíamos volar, no tanto por la velocidad sino por la comodidad de sus asientos deportivos con base de fibra de carbono (el GT-R normal sólo cuenta con asientos en piel).

“Frena fuerte” nos indicó el instructor. Probablemente malentendimos el adjetivo ya que al pisar el pedal los frenos ventilados con el sistema ABS (mismos que comparte del GT-R) nos detuvieron en un instante, tan rápido que la parte de atrás comenzó a hacer extraños sin perder el control gracias a uno de las múltiples asistencias a la conducción: la distribución electrónica de pesos en la frenada.

Si en el GT-R se siente que estás domando una bestia difícil, su versión Nismo es todo lo contrario, suave y de rápida respuesta, son como el macho y la hembra de una relación.

Tres vueltas no fueron suficientes para experimentar todo su potencial, pero nos dejaron claro que más allá de autos de volumen Nissan está dispuesto a mostrar su lado más emocional y deportivo con Nismo, y con el GT-R Nismo echó toda la carne al asador.

GT-R NISMO

Motor: V6 twin turbo 3.8 litros

Potencia hp: 600

Torque lb-pie: 480

Frenos: De disco ventilado con cálipers de aluminio con ABS

Tracción: Trasera

Transmisión: Automática de 6 velocidades con cambios al volante

Bolsas de aire: Frontales para conductor y pasajero

Otros sistemas: Programa electrónico de seguridad avanzada, con tres modos de manejo: Confort, Normal y R; distribución electrónica de frenado, control dinámico de estabilidad, asistente de arranque en pendiente.

Entretenimiento: Radio FM, CD, MP3, USB, AUX, navegación, pantalla táctil de alta resolución para monitorear la información de entretenimiento así como el desempeño del vehículo.

Precio: 125 mil libras esterlinas