Mitsubishi Outlander recupera su brillo

Hace un par de años Mitsubishi decidió que la Outlander cambiara el frontal de tiburón, que compartía con el Lancer, para buscar líneas más acorde con su orientación familiar y los gustos del segmento.

Ahora es momento de dar el siguiente paso en el rediseño de su camioneta estrella en Norteamérica, con la introducción del facelift de esta SUV.

A diferencia de lo que normalmente se conoce como una actualización de mitad del ciclo de vida del producto, es decir, buscar que siga siendo atractiva y mantenga buenas ventas, la Outlander 2016 tiene más de 100 mejoras de diseño e ingeniería.

Entre estos cambios destacan la suspensión totalmente nueva, dirección eléctrica, un cristal trasero más grueso y mejoras en el aislamiento del habitáculo, amortiguadores dinámicos y la llegada de una transmisión automática Continuamente Variable o CVT, que ofrece reducción del consumo de combustible y una marcha más confortable al hacer cambios prácticamente imperceptibles.

Por fuera los cambios son más notables, con un frontal más afilado que el del modelo que le antecede, destaca el uso de cromo en la parrilla de barras horizontales y una moldura en forma de búmerang que va de la parte inferior de los faros hasta el final de la fascia. En la parte trasera da la impresión de que tomó un poco de las líneas de la Montero Sport, sobre todo por las calaveras.

De lado del interior no se notan grandes cambios. Mientras que la motorización se mantiene como única opción el cuatro cilindros 2.4 litros de 166 caballos de fuerza.