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Cómo frenar un F1 que va a 200 km/h en 60 metros

POR: Luis Ramírez el Vie, 30 de Octubre de 2015, 05:25 pm

INVENCIBLES. Un caliper de Fórmula 1 fabricado por Brembo puede durar hasta 10 mil kilómetros. Foto: Mercedes-Benz +3 VER GALERÍA
Luis Ramírez

Luis Ramírez |

Apasionado del deporte motor y de la fotografía. Reportero de atracción y comentarista de carreras. Los coches son increíbles pero solo cuando están en competencia. 

Reducir la velocidad de un monoplaza que corre a más de 200 km/h en un espacio de apenas 160 metros no es sencillo, pero en la Fórmula 1 es posible gracias a la tecnología con la que cuentan los vehículos.

 

Si bien el sistema de frenado de la máxima categoría tiene una función similar a la que encontramos en los automóviles de producción en serie, su funcionamiento es completamente diferente, como por ejemplo, en el Gran Circo no están permitida la ayuda del ABS y otros sistemas electrónicos para permitir que sea el talento del piloto y no la computadora la que brille en cada uno de los trazados del calendario.

 

LA CONSTRUCCIÓN

 

Lo primero que debemos conocer es que, en la Fórmula 1, el sistema de frenos no sólo sirve para reducir la velocidad sino que además, en el caso de los neumáticos traseros contribuye al Sistema de Recuperación de Energía.

 

Algunos datos interesantes de los materiales con los que están fabricados son por ejemplo, que los discos son fabricados en carbono y pueden alcanzar una temperatura superior a los 1,200 grados centígrados y por ello, se cuenta con 1, 200 orificios de ventilación, hasta 2005 apenas tenían 100 orificios para esta labor.

Foto: Brembo

 

Cada uno de los discos tiene una duración aproximada de 800 kilómetros en la Fórmula 1. Estos mismos podrían durar hasta 100 mil kilómetros en un automóvil de calle.

 

Por su parte, los calipers cuentan con seis pistones de diferentes diámetros y que tienen un peso menor a dos kilogramos pudiendo trabajar bajo temperaturas de hasta 200 grados centígrados.

 

Pero todo esto, ¿qué importancia tiene? Recordemos que las unidades de potencia de estos coches están conformadas por un motor V6 1.6 litros turbocargado y un ERS que obtiene su potencia del frenado y de los gases provenientes de la planta de poder de combustión.

 

Es aquí donde comienza la complejidad del sistema brake by wire utilizado en el denominado Gran Circo, herencia de la tecnología empleada en la industria de los aviones de combate.

¿Cuáles son sus componentes? Bueno, pues se reduce en esto: pedal de frenado, cilindros maestros de frenado, sistema de telemetría del frenado, depósito del cilindro maestro, líquido de fluido de frenos, caliper de seis pistones fabricado en aluminio y litio, válvulas de purga, pastilla de freno y disco de carbono, todos ellos trabajando en conjunto para permitir la doble acción del frenado y la recuperación de energía simultáneamente.

 

Ahora, cabe destacar que el funcionamiento de todas estas piezas no es tan sencillo como se piensa.

 

La sensación que tienen los pilotos se puede considerar peculiar. La parte delantera se comporta como la han conocido en toda su vida, pero la parte trasera, donde se produce la acción de recuperación de energía es algo diferente.

 

El eje trasero es el más difícil de manejar debido a que una vez que el Sistema de Recuperación de Energía alcanzó su máximo almacenaje, el comportamiento del freno es menos agresivo, es decir, tenemos una variación en el equilibrio del frenado con respecto a la parte delantera.

 

Desde 2014 los equipos han trabajado en esto y aunque casi han llegado a la perfección, aún necesitan que el piloto haga un correcto uso del pedal que por cierto, está fabricado en fibra de carbono y tiene un recorrido de apenas 10 mm, mucho menor que el que podemos usar en nuestros coches de calle.

 

Para regular el reparto de frenado entre los dos ejes (delantero y trasero), la página web Virutas F1, especialistas en crear manuales para dummies, señalan que los pilotos hacen uso de los dos depósitos independientes del fluido hidráulico para los frenos, mismos que son controlados desde el cockpit. A través de esos mandos permiten que el cilindro maestro regule la presión requerida en cada una de las cámaras, esto de forma independiente, para enviar el fluido a las pinzas de freno, ya sean delanteras o traseras según sea el caso.

 

Así se consigue que hagan sus dos labores vitales: reducir la velocidad en más de 200 km/h en menos de 150 metros y recuperar energía. Es importante destacar que en algunas pistas, la fuerza G sobre estas piezas es superior a las cuatro unidades. Como vemos, son toda una obra de la más alta ingeniería a nivel mundial que sirven para reducir a los coches más veloces en toda la tierra.

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