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Guía para salir ileso en la estación correcta del Metro de la CDMX

El principal motivo para odiar el Metro es utilizarlo cotidianamente.

POR: Diego Pérez el Jue, 23 de Junio de 2016, 06:28 pm

Salga casi ileso. Foto: Redes Sociales
Diego Pérez

Diego Pérez | Colaborador

Yo también vivo en esta ciudad... y la padezco  Twitter: @icariito

Si va a utilizar el Metro de la CDMX prepárese.

 

Seguro se encontrará con personas que harían dudar al mismísimo Charles Darwin sobre su teoría de la evolución. Cuando escuche el pitido que anuncia la apertura de las puertas presenciará un acto primitivo que enuncia a nuestros antepasados, los primates.

 

Como verdaderos atletas los pasajeros sortean con maestría obstáculos humanos que dificultan su descenso. En el Metro impera la ley del más fuerte.

 

Ese letrero tiene una finalidad. Foto: Especial

 

Pese a que en todas las puertas del Metro puede encontrar la leyenda, “Antes de entrar permita salir”, pronto descubrirá que aquella solicitud es ignorada por el grueso de la gente. Mi teoría es que en México existe más analfabetismo del que el sistema educativo quiere aceptar.

 

Ante la incapacidad de descifrar aquellos extensos y confusos jeroglíficos, casi todos los usuarios obedecen a sus instintos más rústicos y se avientan sin importar la integridad de los demás para ganar un lugar al interior del vagón.

 

No son pocos los riesgos a los que uno se enfrenta cuando ocurre esto. El sonido precede a una lucha descarada que ignora toda regla de etiqueta. Un peligro en el que uno puede sufrir vejaciones, toqueteos y robos.

 

No es poco decirle, que yo ya he sufrido en carne propia un robo cuando viajaba en un Metro atiborrado, por lo que a la mala, aprendí cómo salir ileso –en medida de los posible- de aquella marea humana que de forma salvaje se arremolina en las profundidades de la inmensa Ciudad de México.

 

Tiempista, contorsionista y atleta. Foto: Redes Sociales

 

Utilizar el Metro es un arte que pocos dominan, por eso le comparto mi aprendizaje.

 

Salga –casi- ileso en la estación correcta del Metro

 

1: La prevención es fundamental. Para lograr aquella proeza que significa en nuestros tiempos, bajar a tiempo en el lugar de su predilección. Por eso, con esmero religioso, haga una cuenta regresiva hasta la estación en la que desea descender.

 

2: Depende de la maraña de personas que se congreguen entre usted y la puerta. Si son demasiadas, hasta dos o tres estaciones antes debe aprovechar cualquier resquicio para convertirse en un contorsionista. Con el tiempo logrará dominar el oficio.

 

3: Si cree en algún Dios encomiéndese tras cada pitido de la puerta. Literalmente es un milagro mantenerse en pie ante el martirio de aquel desafío a las reglas físicas del espacio, que significa enfrentarse a la gente que entra estación tras estación.

 

4: Nunca ponga algo de valor al alcance de los amantes de lo ajeno. Entre tanto trajín muchos malhechores aprovechan para quitarle ese celular costoso que terminará de pagar cuando sus nietos aprendan a decir su nombre. Evite la tentación de estos sujetos, guarde todo en lugares seguros y sujete su mochila o bolso como si fuese un salvavidas.

 

5: Olvide vergüenzas y cualquier dejo de dignidad humana. Antes de decidirse arremeter contracorriente, es seguro que no le abrirán camino para salir. Algunos pervertidos pueden propinarle un terrible pellizco en las asentaderas. No importa su sexo, complexión o atractivo.

 

No se convierta el parte del problema. Foto: Redes Sociales

 

Esta terrible verdad se suma a las estadísticas de acoso sexual en nuestro país. El 65% de las mujeres en México aseguraron haber sido víctimas de este tipo de delitos en el transporte público de acuerdo a datos del Banco Mundial.

 

Si usted observa que alguien más es molestado, conviértase en un sujeto civil, educado y responsable, apoye a quien fue agredido. De lo contrario usted se convierte en parte del problema.

 

6: Ponga vista en el cielo y piense en el mejor jugador de la NFL cuando suene el pitido. Intente no golpear al prójimo y júntese a alguna persona que demuestre que su intención es también esa, bajar en la siguiente estación.

 

7: Camine, no se detenga al sentir que está en el andén. Avance todo el camino posible hasta que se encuentre seguro de haber descendido de forma exitosa. Revise de inmediato sus pertenencias, no sea que su descuido le haya jugado una mala pasada.

 

8: Si usted es el que quiere abordar el vagón, no se convierta en un idiota.

 

No haga esto... Foto: Redes Sociales

 

Comprenda de buena vez que el letrero ubicado en la parte superior le dice –cual revelación divina- una orden que mejorará la experiencia de quienes como usted requieren los servicios de este saturado transporte: “Antes de entrar permita salir”.

 

Si no lo entiende, debido a que su vocabulario no le da para más, lo que tratan de decirle es lo siguiente:

 

No estorbe la salida de los que bajan en estación, ¿qué no ve que ya no cabemos?

 

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