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Los Mercedes-Benz AMG con más clase y poder

POR: Marco Robles el Mié, 24 de Septiembre de 2014, 11:13 am

SL63 AMG.- Su imponente presencia te inspira respeto, pero al mismo tiempo pone la sangre a hervir, eleva las pulsaciones, es sin duda uno de los reyes de la firma, sobre todo tomando en cuenta su gran historia de más de medio siglo. Foto: Mercedes-Benz +7 VER GALERÍA
Marco Robles

Marco Robles | Colaborador

Periodista automotriz, amante de la pasta, el beisbol, los autos, los días fríos, el whisky y los buenos momentos

Conducir un Mercedes-Benz siempre es un lujo, pero estar al volante de las creaciones de la división de altas prestaciones AMG, siempre es un momento que queda en tu mente por muchos días.

 

La Fábrica de Sueños nos invitó a ser parte de una experiencia sin comparación, poner a prueba todos los modelos retocados por Aufrecht, Melcher and Großaspach (AMG) vehículos que llevan el nombre de la estrella alemana más allá, y que sin importar su tamaño o estética, son verdaderas máquinas de carreras.

 

El día comenzó tranquilo, un video nos introdujo a la historia de esta división formada en 1967 por los ex ingenieros de Mercedes Hans Werner Aufrecht y Erhard Melcher en Burgstall an der Murr, muy cerca de Stuttgart, la G se derivó de la ciudad de nacimiento de Aufrecht, Großaspach, quienes comenzaron a modificar vehículos de la marca alemana y tuvieron gran éxito durante muchos años, hasta que Mercedes-Benz decidió comprar la compañía y convertirla en su filial de altas prestaciones como BMW lo hace con M o Audi con los modelos S y RS.

 

Nuestro primer invitado del día fue el SL 63 AMG, un coupé biplaza que, si ya en su versión normal es impresionante, retocado por AMG se convierte en un verdadero cohete.

 

Su imponente presencia te inspira respeto, pero al mismo tiempo pone la sangre a hervir, eleva las pulsaciones, es sin duda uno de los reyes de la firma, sobre todo tomando en cuenta su gran historia de más de medio siglo.

 

El primer reto: acelerar a fondo y luego pararnos sobre el freno. Debajo del cofre encontramos un V8 5.4 litros biturbo de 530 caballos de fuerza. Sólo en el Porsche 911 Turbo S había experimentado una aceleración de este tipo, es como una montaña rusa, tu estómago se pega a la espina dorsal, es impresionante la forma en la que despega, pero más la sinfonía del propulsor.

 

El detalle del interior es impresionante, las tapicerías de cuero, los detalles de aluminio, el diseño, la ergonomía, los controles para ajustar el asiento a la perfección, e incluso un control de pista, que mediante motores empuja los soportes laterales del asiento hacia el lado contrario de la curva para no dejar que el cuerpo del piloto y el pasajero se vayan con la inercia del giro.

 

Cuando nos bajamos del SL volteamos a ver el CLS 63 AMG Shootingbreak, la versión guayín del exitoso coupé de cuatro puertas de la firma, una carrocería que desafortunadamente en México ha sido relegada por las camionetas, sin tomar en cuenta que el espacio es prácticamente el mismo, con la ventaja de ir mucho más bajo como en un sedán grande.

 

Este monstruo del asfalto es empujado por el mismo motor V8 5.4 litros, pero aquí tenemos 557 caballos de fuerza, más que en una Porsche Cayenne, y de nuevo nos dibujó una gran sonrisa, empuja como cohete, es preciso como un deportivo de pura sangre en el slalom y se comporta a la perfección en una superficie sin adherencia y sin controles de tracción y estabilidad, un familiar confiable y rabioso.

 

Después de estas experiencias de alto octanaje, era momento de bajar las revoluciones y tomar un respiro. Para ello nos encontramos una Clase E 250 Avangarde, el vehículo más vendido y representativo en la historia de Mercedes-Benz.

 

Nuestra montura tenía un pequeño motor de cuatro cilindros 2.0 litros turbocargado de 211 caballos de fuerza, una planta motriz que en otros tiempos simplemente hubiera sido impensada en un auto de estas dimensiones, pero que hoy gracias a la tecnología de la marca es capaz no sólo de mover a este auto, sino además, hacerlo con un desempeño sorprendente, no sientes la diferencia con un V6 aspirado, no hay retraso en la entrega de turbo (turbo lag) o sensación de un esfuerzo excesivo en el motor.

 

Finalmente no podíamos dejar pasar al convertible más exitoso de la firma en la actualidad, el SLK, que en su versión 350, con su V6 3.5 litros de 350 caballos de fuerza, nos devolvió la adrenalina a la sangre y nos recordó por qué Mercedes-Benz es una de las firmas de automóviles más respetadas y deseadas del mundo, sin importar en qué vehículo te subas, siempre encontrarás lujo, refinamiento y un manejo excepcional.

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