Los políticos facilitan desamparo de víctimas en accidentes viales

La ausencia de un seguro obligatorio de daños a terceros genera una pérdida económica, de salud y patrimonial a las familias involucradas.

Los accidentes de tránsito provocan cada año la muerte de 16 mil personas en México y más de un millón de niños, jóvenes y adultos involucrados en estos hechos se convierten en víctimas con afectaciones en su salud y su patrimonio —que incluso pueden lanzarlos a la pobreza— por la falta de voluntad de políticos de todos los partidos para obligar a los automovilistas a contar con un seguro de daños a terceros, consideran analistas.

De acuerdo con datos del Consejo Nacional para la Prevención de Accidentes (Conapra) los percances automovilísticos son la primera causa de muerte en niños entre 5 y 14 años y la segunda causa en jóvenes de 15 a 34 años, además de que 78 por ciento de las víctimas son hombres entre 20 y 45 años, es decir personas que están en su etapa más productiva y que probablemente son los responsables del ingreso familiar.

Los accidentes viales son la segunda causa de orfandad, dejando 600 viudas al año y el costo que genera para las familias la atención a quienes sufren alguna discapacidad es la diferencia entre ser pobre o no, revela el estudio “Cátedra Daimler en cultura y educación vial”.

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Afectaciones

“Es un escándalo que ni siquiera podamos comparar cómo está México en este tema frente a sus pares de la OCDE por falta de datos confiables, pero lo más grave es el impacto que tienen los accidentes por falta de seguros de daños a terceros”, dijo a Excélsior Carlos Elizondo, investigador del CIDE.

Agregó que en Latinoamérica sólo Honduras, Guatemala, Paraguay y México no cuentan con un esquema eficaz de protección a víctimas de accidentes viales; y es “dramático” que en México 7 de cada 10 vehículos no cuenten con un seguro de daños a terceros cuando en casi todos los países es obligatorio.

La compañía de seguros Axa prevé que los daños materiales asociados a esta problemática ascienden a 65 mil millones de pesos por año mientras que por atención médica y hospitalaria el costo económico asciende a 10 mil millones de pesos, de los cuales 66 por ciento proviene de los bolsillos de los mexicanos y el restante 34 por ciento lo absorbe la seguridad social.

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Regulación se queda en “letra muerta”

El miedo al costo político de implementar una medida “impopular” como obligar a los automovilistas a tener un seguro de daños a terceros ha impedido lograr una normatividad nacional sobre este tema.

Guillermo Pérez, vicepresidente de Autos de Axa Seguros explicó que a nivel local, 14 entidades tienen en sus leyes la obligación de contar con este seguro, pero en ninguno se aplican sanciones a quienes no lo tienen, lo que convierte a esta norma en “letra muerta”.

“Los accidentes viales le cuestan a la sociedad y al gobierno, obligar a los conductores es una medida no muy popular por lo que los gobiernos prefieren recabar impuestos para pagar estos costos, pero hay una parte de la población que no tiene cobertura y cuando alguien queda incapacitado hay mucho dinero que tiene que invertir en varios temas, desde reacondicionar su casa, hasta contratar enfermeros”, comentó Luis Álvarez, director de Daños y Autos de la AMIS.

Por su parte, Fernando Solís Soberón, presidente de la Asociación Mexicana de Instituciones de Seguros (AMIS) destacó que si bien el seguro de responsabilidad civil paulatinamente se ha hecho obligatorio en varios estados, para que funcione requiere no sólo que esté en ley y que esté reglamentado, sino también que haya una sanción en caso de incumplimiento.

“No basta que esté en ley, no basta que esté en reglamento, tiene que haber una sanción importante para quien no tenga este seguro y tiene que fiscalizarse el cumplimiento”, destacó Solís.

Para Guillermo Pérez, de Axa, el hecho de manejar un automóvil es una actividad de alto riesgo, que puede tener consecuencias legales, económicas y humanas graves si no se hace con precaución, por lo que es urgente que el país adopte una cultura de prevención que impida o mitigue la probabilidad de tener un accidente y los efectos que conlleva.

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Quebranto en la familia

Lo que sería un domingo de convivencia fue el inicio de una tragedia de proporciones insospechadas para Eduardo Aguilar y su familia. Un atropellamiento que lo mandó a terapia intensiva dos semanas derivó en un quebranto económico, pues además de perder su empleo, sus allegados tuvieron que vender su vehículo y adquirir deudas para pagar los gastos del hospital.

El caso de Eduardo Aguilar es sólo una muestra de la alta incidencia de los accidentes viales que ocurren en el país, pues en México la probabilidad de morir en uno de estos percances es 75 por ciento mayor en comparación con Estados Unidos, según el estudio de la compañía automotriz Daimler.

Entre las causas que provocan estas fatalidades, en 88 por ciento de los casos el conductor es el responsable y al menos 50 por ciento de los accidentes se relacionan con exceso de velocidad, lo que causa un tercio de las muertes cada año, mientras que el consumo de alcohol, a pesar de provocar un número menor de percances, es responsable de 60 por ciento de los decesos, de acuerdo con datos del INEGI y de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT).

“La persona que atropelló a mi esposo huyó y no hay nadie que se haga responsable de todos los gastos que esta situación nos ha generado. Estamos desesperados y además de lidiar con el tema de la recuperación, mi mayor preocupación ahora es cómo vamos a pagar todo esto”, dijo Margarita Sánchez, esposa de Aguilar.

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Respeto a leyes

La laxitud de las leyes de tránsito en torno al consumo de alcohol, respeto de límites de velocidad, uso de cinturón, sillas de infantes y cascos han generado que México obtenga una calificación de apenas 3.2 en una escala del 1 al 10 en términos de la efectividad de sus leyes viales, indican datos del Conapra.

El seguro obligatorio, consideró Guillermo Pérez, vicepresidente de Autos de Axa Seguros, podría contribuir de forma determinante a la reducción de accidentes y a la mitigación de las afectaciones en las personas involucradas.

“Hemos visto que en los países en los que hay mayor penetración, como el caso de Chile donde 100 por ciento de los vehículos están asegurados, se tiene un nivel de accidentes mucho menor de lo que tenemos en México. En Suecia, por ejemplo, hay periodos de hasta 10 meses en los que no se registra una sola muerte de un niño por accidentes viales, cuando aquí uno de los temas más duros es que muchas de las víctimas de accidentes viales son niños”, destacó el directivo.

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