Los finales de alarido de las 500 millas de Indianápolis

Cada edición de las 500 Millas de Indianapolis es recordada por algún suceso curioso, desde la introducción de un auto nuevo hasta un accidente espectacular; sin embargo, las batallas épicas entre grandes pilotos para ser parte de la historia de esta legendaria competencia también nos han traído finales de fotografía que se han quedado en neustro recuerdo.

A continuación, te presentamos algunas de las mejores definiciones de la historia.

1982: El impresionante regreso de Rick Mears en las últimas 15 vueltas, después de que una detención en pits lo retrasara por valiosos segundos, amenazó el dominio de Gordon Johncock mientras el ánimo de todos los asistentes estaba a flor de piel; sin embargo, una magistral defensa en la última vuelta le otorgó a este último su segundo éxito en el Speedway, logrando una ventaja de sólo 16 centésimas.

Aunque la frustración fue evidente en Mears, y en su esposa, esto quedaría atrás, debido a que logró su cometido en cuatro ocasiones.

1989: La disputa por la victoria entre Emerson Fittipaldi y Al Unser Jr. fue un duelo de poder a poder, en el que hubo dos intercambios de liderato en las últimas diez vueltas; sin embargo, un contacto entre ambos mientras superaban a coches rezagados mandó al estadounidense al muro de contención, dando paso al brasileño para su primera de dos victorias en la gran carrera.

Algo parecido se repetiría en 1994, aunque con los papeles invertidos y cuando ambos pertenecían a Team Penske.

1992: Mario Andretti ha sido el único representante de su familia en ganar esta carrera, lográndolo en 1969. Desde entonces, se dice que cada infortunio que él, sus hijos y nietos, han sufrido, han sufrido, son parte de la Maldición Andretti.

Una de ellas fue en 1992, cuando Michael Andretti sufrió un problema mecánico tras liderar 160 de las 200 vueltas (VER VIDEO), lo que propició a que la batalla final entre Unser Jr. y Scott Goodyear se convirtiera en el final más cerrado de la historia, al llegar con 43 milésimas de separación.

2006: El ejemplo más claro de la Maldición Andretti pasó en 2006. Luego de que un accidente propiciara un sprint de cuatro vueltas, Michael intentó llegar al final sin detenerse a pits, algo que sus rivales sí hicieron. Uno de ellos era su hijo Marco, quien no escatimó para superarlo en el antepenúltimo paso por meta.

Todo parecía indicar que el entonces novato alzaría el “litro de leche” de la victoria, pero la fiesta la arruinó Sam Hornish Jr., quien hizo el rebase final con 200 metros restantes, en plena recta principal. Al día de hoy es la tercera edición con mejor margen de victoria.

2011: Dicen que la trayectoria de un piloto puede recordarse por lo bueno o lo malo. Esto último le ocurre a JR Hildebrand, ex campeón de Indy Lights quien en su primera aparición en el “Brickyard” intentó beneficiarse del hecho que sus adversarios se detuvieron por combustible para alcanzar la meta.

El integrante de Panther Racing tenía todo bajo control para ganar la carrera, pero mientras superaba a un auto lento, perdió el control y se estrelló en la última curva de la última vuelta, por lo que le entregó el triunfo en bandeja de plata a Dan Wheldon, quien se convirtió en bicampeón de la prueba. Hasta hoy, así como en el debut de Marco Andretti, a Hildebrand se le sigue recordando por ese suceso.

El triunfo de Wheldon sería el último de su trayectoria; en octubre de ese año, falleció en un violento accidente suscitado en el óvalo de Las Vegas, Nevada. 

2014: Ryan Hunter-Reay y Helio Castroneves brindaron un gran "mano a mano" en las últimas seis vueltas, resultando a favor del estadounidense, quien logró su única visita al Círculo de Ganadores hasta el momento; para el brasileño fue la desazón, porque se quedó a 60 milésimas de empatar el récord de cuatro triunfos que ostentan AJ Foyt, Rick Mears y Al Unser Sr.