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Lewis Hamilton desata la fiesta en Barhein

POR: Cristian Moreno el Dom, 19 de Abril de 2015, 03:35 pm

Hamilton, dos veces campeón del mundo, conservó el liderato obtenido en la ronda de clasificación y logró su tercera victoria en esta temporada, la trigésimo sexta de la carrera, y consolida su liderazgo en el Mundial de Fórmula1. Foto: AP +4 VER GALERÍA
Cristian Moreno

Cristian Moreno | Colaborador

Amo los autos y me apasiona la movilidad. Coordinador del concepto  Atracción en sus distintas plataformas. Editor del periódico Excélsior y conductor en Excélsior Televisión. Consultor, conferencista y colaborador del programa de radio Autos en Imagen. Ciudadano del mundo, hecho en Cuernavaca. 

¡Vaya! por fin, se volvió a ver una carrera emocionante en la Fórmula 1. Y a pesar de que los resultados podrían sugerir otra cosa, con Lewis Hamilton adueñándose de su tercera victoria de la temporada, lo cierto es que, durante los últimos kilómetros del Gran Premio de Bahrein el equipo Mercedes lució como hace mucho tiempo no se le veía en pista: vulnerable.

 

A Kimi Raikkonen le tocó hacerla de verdugo y el papel le salió de maravilla; luego de que las posibilidades de Sebastian Vettel de incomodar a las flechas plateadas se disolvieran, a causa de una parada en pits que el alemán no tenía programada, cortesía de su alerón, que tuvo que entrar a cambiar.

 

El cielo escuchó las súplicas de los aficionados a la máxima categoría y, por fortuna, las emociones no estuvieron reservadas sólo para la batalla de los grandes. De tal forma que, en prácticamente todos los frentes se gestaron historias dignas de contarse; desde la épica remontada del piloto mexicano Sergio Pérez, quien cerró la carrera en la octava posición tras haber administrado de forma impresionante el desgaste de sus neumáticos y el consumo de combustible, hasta los rebases de un Fernando Alonso, quien por momentos se puso al tú por tú con Kimi Raikkonen, para evitar ser lapeado indignamente.

Foto: EFE

 

Como si algún jeque de la región hubiera abierto la chequera para contratar un final épico, digno de ser incluido en las mil y una noches. El último juego de neumáticos en poder de Raikkonen elevó la temperatura del desierto, poniendo a todos los presentes en el circuito de Sakhir al filo de la butaca, nadie quería perderse la cacería que el finlandés protagonizaba.

 

Vuelta tras vuelta, el escarlata recortó la distancia con Nico Rosberg. Finalmente, un titubeo del alemán y la falla en los frenos del W06, que posteriormente Toto Wolf, director del equipo, reconocería, dieron cuenta del primer Mercedes.

 

El primero había caído, era momento de dar el siguiente zarpazo. Raikkonen hundió el pie en el acelerador, a sabiendas de que el bólido plateado sufría calentamiento en el sistema de frenos, como consecuencia de las elevadas temperaturas del desierto y de los efectos de la arena.

 

Pero Ganesha, el dios de la suerte, le debía un favor a Hamilton, y justo en ese momento el trébol de cuatro hojas en poder del inglés nuevamente se ponía en acción, y para antes de que la primera victoria del piloto inglés en el Gran Premio de Bahrein estuviera en peligro, comenzó a ondear la bandera a cuadros. El reloj de arena se le había agotado a Raikkonen, justo cuando lucía más fuerte y amenazador.

Foto: EFE

Habían pasado 26 grandes premios desde la última vez que el último campeón de Ferrari se había subido a un podio, y como es su costumbre el iceman lo celebraba con una tímida sonrisa y una parca respuesta al ser entrevistado en la ceremonia de premiación por Jackie Stewart.

 

La hazaña de evitar que los Mercedes concretaran otra 1-2, apenas alcanzó para aguarles la fiesta a los de Stuttgart, pues con Lewis Hamilton tuvieron razones suficientes para festejar: en principio de cuentas, el que a partir de ahora Hamilton ya es el piloto inglés con más kilómetros lidereando carreras en la F1 (10,048 km, 23 más que Jim Clark); además de su tercera victoria del año en apenas cuatro carreras, la 36 de su carrera; y por supuesto la victoria 32 para el equipo de las flechas plateadas en F1.

 

Detrás de Hamilton, Raikkonen y Rosberg, el turno para cruzar la línea de meta fue para el Williams de Bottas, quien superó por menos de un segundo al frustrado Vettel.

Aunque el verdadero espectáculo corrió a cargo de Daniel Ricciardo, cuando el australiano cruzó la línea de meta reventando el motor de su Red Bull y esparciendo humo por toda la recta principal.

 

Muy lejos de la escena, Grosjean no alcanzó a aprovechar la situación, teniendo que conformarse con la séptima posición, por delante del increíble Sergio Pérez, quien exprimiendo todo el potencial de su Force India cruzó la meta en la octava posición, luego de haber dado cuenta de Felipe Massa, quien tuvo que conformarse con el último punto de la carrera, luego de haber sido superado por Checo y por Kvyat.

 

Habrá que esperar tres semanas para saber si a su regreso a Europa, la hegemonía de Mercedes y Ferrari continúa o si por fin alguien se atreverá a retarlos.

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