7 soluciones de un danés a los problemas viales en la CDMX

México es uno de los países más complicados de América Latina en cuanto a movilidad se refiere. Políticas incompletas, implementaciones que no se piensan de manera integral, un rezago que ha generado congestión vehicular sin precedentes y cerca de 16 mil muertes al año por incidentes viales de acuerdo al Consejo Nacional para la Prevención de Accidentes.

En el caso específico de la Ciudad de México, siendo la ciudad con más tráfico, de acuerdo al índice TomTom, el reto es mayor pues pues las calles están saturadas, el parque vehicular elevado y las regulaciones no siempre se aplican.

Por otro lado, Dinamarca es una ciudad que, desde los años 70, ha sabido implementar políticas de desarrollo, que le permitieron mejorar su movilidad, disminuir accidentes y cuidar de las personas.

¿Qué pasaría si pudiéramos adecuar lo hecho en otros países de acuerdo a las necesidades de la CDMX?

Henrik (Kike) Lundorff Kristensen, es un danés que vive en Buenos Aires, Argentina desde hace poco más de 4 años y que ha entendido los problemas por los que atraviesan las ciudades latinoamericanas.

De acuerdo con Henrik Kristensen, las soluciones deben de darse por medio del diseño, con medidas simples y sin demasiados objetos que afecten visualmente al entorno.

Aquí sus propuestas:

1. Hacer calles angostas más "ciclables".

Las calles secundarias, al concentrar un buen número de personas caminando o cruzando, es prudente que sean de velocidades sean bajas pero transitables. Al no contar con señalamientos claros, la gente suele colocar topes, sin embargo, no es lo mejor. Por lo tanto, propone la siguiente solución:

-Hacer doble sentido la calle.

-Colocar ciclocarriles de ambos lados de la vía.

-Estacionamiento de ambos lados.

-Colocar biciestacionamientos sobre calle (sí, sobre la calle). De este modo solo un auto puede pasar en donde están colocados.

Foto: Flickr

Esta medida, garantiza un flujo de autos pero lento, hace que la gente utilice bicicleta y obliga a autos a convivir.

2. Diseñar infraestructura que permita a los autos disminuir velocidades sin quitar flujo ni poner en peligro a usuarios.

En avenidas donde existen ciclovías confinadas y las velocidades son más altas (como Eduardo Molina o Patriotismo) al doblar en una avenida de menor velocidad como una calle, suelen entrar con gran ímpetu, poniendo en riesgo a ciclistas de la ciclovía o peatones que estén cruzando. Como solución se debe intervenir la avenida principal colocando reductores y haciendo una curva amplia.

Ejemplo en la presentación de Kike Lundorff Kristensen. Foto: Irving Gasca

3. Diseñar las paradas de los camiones mejorando la convivencia entre peatones, ciclistas y  transporte público.

En avenidas en donde transitan rutas de transporte y bicicletas por medio de ciclovía, es riesgoso que el transporte a la hora de levantar o descargar pasaje tenga que orillarse a la derecha, comprometiendo la seguridad de las personas que descienden y de los ciclistas que corren por ahí. Esta es la solución:

-Dedicar un carril poco ancho, exclusivo para las paradas del autobús.

-Colocar islas como parada para así mantener el flujo de los ciclistas del lado derecho.

-Mantener flujo de automóviles en el mismo carril del autobús, para conservar velocidades bajas.

Foto: Flickr

4. Incentivar calles bidireccionales

De acuerdo con el experto, una vía unidireccional eleva las velocidades cerca de un 20%. Conservar dos sentidos en una calle o avenida garantiza velocidades seguras para la gente que camina en zonas principalmente residenciales.

5. Priorizar la "ciclabilidad" en la planeación

Para diseñar una calle se debe de anteponer las necesidades de los actores vulnerables en la vía, peatones y ciclistas, y a partir de ahí desarrollar el resto, para que se pueda circular de la forma más fluida o que pueda ser "ciclable".

De esta manera se garantiza la seguridad, la movilidad y el disfrute de los espacios. Sin embargo, se tiene que tener en cuenta los viajes en auto, por eso es es preferible no restringir su uso en las calles, pero sí controlarlo.

Foto: Flickr 

6. El diseño importa

No todas las personas entienden un letrero de indicaciones, pero lo harán si existe el diseño adecuado que le diga lo que debe de hacer, sin necesidad de muchos letreros o señales. Además el experto insiste en que el mobiliario debe ser el menor posible (reductores, vibradores, etc.), y si es muy necesario que se busquen empresas que sean expertas en la materia.

7. El bien colectivo va antes que la racionalidad individual

Deben escucharse todas las voces y dialogar, pero es necesario siempre apelar al bienestar de la mayoría de las personas y ver más allá de quien tiene más privilegios.

Foto: Especial

Aunque no todas las medidas apliquen en todos los casos, afirma el ponente, las prácticas internacionales bien analizadas y situadas en este país funcionarían muy bien.

Aunque, asegura, la planeación debe de implementarse de manera integral y sin fines políticos.

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