Ricardo Rodríguez, el piloto que se convirtió en leyenda nacional

Veinte años pueden parecer poco tiempo en la vida de un ser humano pero para Ricardo Rodríguez fue suficiente para dejar una huella que hasta hoy se mantiene en la historia del deporte motor mexicano, e incluso con gran cariño en las esferas mundiales de la especialidad.

Su fugaz paso no fue motivo para que su talento no fuera admirado por hombres como Enzo Ferrari, quien lo consideraba un piloto prodigio y por ello le abrió la puerta para que manejara un coche del Cavallalino Rampante cuando él sólo tenía 19 años. El Gran Premio de Italia de 1961 fue su debut y en ese momento estableció el récord del piloto más joven en la máxima categoría al haber arrancado con tan solo 19 años y 208 días, una marca que desapareció en 2009 y que años después rompería aún más el holandés Max Verstappen. De inmediato consiguió un segundo sitio aunque no logró terminar.

Ferrari le brindó una nueva oportunidad un año después con un destacado cuarto sitio en Bélgica, su mejor resultado en seis arranques dentro de la máxima categoría.

Pero su talento no sólo se demostró en los autos tipo fórmula; también lo hizo en las carreras de resistencia. Tan solo en la pasada visita del Campeonato Mundial de Resistencia (FIA WEC) a México en 2016, los organizadores de la serie le rindieron un homenaje tanto a él como a su hermano Pedro Rodríguez. Su paso por este tipo de carreras también fue historia.

En un primer intento buscó competir en las 24 Horas de Le Mans en 1958, pero fue rechazado al apenas tener 16 años con 106 días, pero no tardaría mucho en demostrar su talento. En la edición de 1960 corrió a lado de André Pilette y obtuvo el segundo sitio convirtiéndose en el piloto más joven en estar en el podio de Le Mans con tan solo 18 años y 133 días.

Su carrera al campeonato de la vida se cortó durante una carrera de exhibición, el 1 de noviembre de 1962, en la extinta curva Peraltada de la pista que ahora es conocida por él y su hermano: el Autódromo Hermanos Rodríguez.