A un año de la hazaña de Jules Bianchi

Marussia terminó el Gran Premio de Mónaco en las posiciones 16 y 17 con sus pilotos, el español Roberto Merhi y el británico Will Stevens y, si bien no fueron últimos, eso solo se debió a los abandonos de Pastor Maldonado, Fernando Alonso y Max Verstappen. 

Marussia sigue dando lástima en la Fórmula 1, con tiempos que serían competitivos en la GP2 Series. La situación de la escudería no siempre fue así, en especial, el 25 de mayo de 2014 cuando el francés Jules Bianchi les permitió una hazaña, sumar sus primeros dos y únicos puntos dentro de la máxima categoría.

Bianchi corrió en el Gran Premio de Mónaco 2014 lo que podría definirse la carrera de su vida. Aunque originalmente clasificó en el sitio 19 tuvo que salir desde la última posición debido a una penalización de cinco posiciones por un reemplazo de caja de cambios.

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En carrera trabajó hasta alcanzar la octava plaza, ayudado por los abandonos de ocho pilotos, pero también por los errores de otros competidores. Bianchi hizo lo que un piloto debe ejecutar en el Principado: una carrera fuera de los incidentes, con la estrategia de pits adecuada y con una pisca de suerte.

Los dos puntos no solo significaron una ganancia de varios millones de dólares para Marussia, dinero con el cual hoy en día sobreviven y pudieron arrancar la temporada a pesar de los problemas económicos del final de la campaña anterior; también fueron el punto culminante para que Ferrari pusiera los ojos en Jules.

Miembro de la Ferrari Driver Academy, en Maranello creían que tenía el talento para ser el relevo generacional de Fernando Alonso o Kimi Räikkönen. Paciente, nunca dudo de la decisión de la casa de Maranello de mandarlo a Marussia, donde no tenía presiones de sumar puntos, sino únicamente de foguearse, a pesar de ello cumplió de sobra con las expectativas.

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Con un monoplaza de bajo presupuesto amenazó a los Sauber y en cuatro carreras consecutivas (Austria, Alemania, Gran Bretaña y Hungría) finalizó dentro de los 15 primeros, nada mal para un equipo que en cuatro años de existencia no había aspirado nunca ha estar ni cerca de los 10 mejores.

Pero la suerte cambión para Bianchi el 5 de octubre. El circuito de Suzuka, sede del Gran Premio de Japón, se convirtió en su última aparición en la parrilla hasta ahora. Un accidente en la vuelta 41 al impactar contra la grúa que retiraba el monoplaza del alemán Adrian Sutil (Sauber) le provocó graves lesiones craneoencefálicas, que hasta el día de hoy lo mantiene en coma.

Su familia recuerda aquella tarde de mayo, cuando su hijo fue felicitado no solo por Marussia, sino por todo Ferrari, quienes sabían tenían un diamante que únicamente necesitaba ser pulido. ¿Hasta dónde habría llegado Jules? Tal vez nunca lo sabremos, por ahora, el francés enfrenta la carrera más importante, luchando por su vida día a día y donde su familia espera un milagro.