El Infiniti Q50 Híbrido se pasa de sofisticado

POR: Cristian Moreno el Vie, 19 de Septiembre de 2014, 01:00 pm

Junto al nuevo director de Infiniti en México, Philipp Heldt, te presentamos el Q50 hybrid uno de los modelos más sofisticados de la marca de lujo japonesa. Foto: Nacho Galar

Amo los autos y me apasiona la movilidad. Coordinador del concepto Atracción en sus distintas plataformas. Editor del periódico Excélsior y conductor en Excélsior Televisión. Consultor, conferencista y colaborador del programa de radio Autos en Imagen. Ciudadano del mundo, hecho en Cuernavaca.

Bienvenido futuro. Hoy, como nunca antes, la frase de los abuelos que asegura que “los autos ya no son los de antes” aplica a la perfección, afortunadamente para bien, y el Infiniti Q50 es un buen ejemplo de ello.

Podríamos numerar los atributos de las versiones convencionales de este lujoso japonés para tratar de convencernos que la propuesta de este vehículo es lo suficientemente innovadora, tanto como para revolucionar la historia del automóvil, pero hay poco tiempo y espacio, así que vayamos directamente al híbrido, ahí donde la cosa sí cambia por completo.

Dejemos de lado la colaboración de Sebastian Vettel en el desarrollo de este vehículo y centrémonos en lo que descubrimos en este vehículo, con eso basta para ubicarlo como una propuesta interesante para el mercado mexicano.

Si bien desde hace varios meses BMW también ofrece una propuesta híbrida en los Serie 3 y Serie 5, lo que ocurra con sus híbridos poco influye en el futuro de BMW; mientras que en el caso de Infiniti hay que tomar en cuenta que el Q50 se constituye como su vehículo estelar, así que lo que ocurra con éste sí definirá el futuro de la compañía. Habiendo definido este punto, es fácil comprender por qué es tan importante la apuesta que la firma está haciendo.

El primer acercamiento que tuvimos con esta plataforma nos mostró algunos importantes atributos de este vehículo.

Más allá de las atractivas líneas de diseño, desde nuestro primer contacto, este sedán llamó nuestra atención por el cuidado que la firma ha tenido en cada uno de los detalles que definen a este auto. Por fuera, cada uno de los trazos que luce la carrocería definen la personalidad de un vehículo que no pasa inadvertido.

La composición de los faros que enmarcan una enorme parrilla, acentúan el carácter de este auto. Ésa es la parte más fuerte de este vehículo, aunque cabe destacar que la parte posterior no desmerece, por el contrario, mantiene en alto el buen trabajo hecho por el frontal.

Al abrir la puerta las cosas se ponen aún mejor. Si bien la fuerte mirada del Q50 es un buen augurio, lo que encontramos en la consola central lleva las cosas a un nivel superior.

La calidad de los ensambles y materiales de cada uno de los rincones del interior de la cabina, son el complemento perfecto para la pantalla doble que protagoniza el tablero de este sedán.

Sin perder más tiempo lo pusimos en marcha. Ya habíamos manejado varios Q50 en el pasado, así que esperábamos una reacción que en esta ocasión no llegó. El motor no hizo ruido alguno.

Era la primera vez que estábamos a bordo del Q50 Hybrid y tal como ocurre en otros vehículos equipados con más de un motor, el primero que se enciende es el eléctrico.

Acoplamos la caja de velocidades en D (drive) y comenzamos a acelerar. En este caso, las diferencias con respecto a las versiones impulsadas sólo por un propulsor de combustión interna no son tan evidentes. No han caja de velocidades planetaria (como en el Prius) ni nada que lo delate de forma tan evidente.

Sin embargo, esperábamos la respuesta a la que nos tienen acostumbrados la mayoría de los híbridos, el único en el que nos habíamos subido que se había salido del molde había sido el Panamera Plug-in Hybrid, pero ése era un Porsche, así que no esperábamos algo similar de un Infiniti.

Recorrimos los primeros kilómetros, disfrutando de un sofisticado sistema de infoentretenimiento, vimos todas las amenidades que nos ofrecía: agenda, vinculación del calendario, los contactos telefónicos, etc, etc, etc. Por todo el menú que nos desplegó y por el tamaño de las dos pantallas sentíamos que teníamos un mini iPad a nuestra disposición.

Nos encantaron las paletas de cambios detrás del volante. El que fueran metálicas forradas con piel nos parecía un detalle de muy buen gusto y nos causaba mucha curiosidad la forma en la que se comportaría al llegar a la carretera.

Nuevamente la autopista México-Cuernavaca y las primeras curvas en subida cercanas al poblado de Topilejo y nos ayudaron a descubrir el carácter del auto.

El que Infiniti haya elegido y este modelo como el tope de la gama no sólo correspondía al nivel de equipamiento, la mecánica también tenía un valor agregado, con respecto a las motorizaciones de combustión interna.

Las sensaciones de un vehículo deportivo son cortesía de un V6 3.5 litros de 302 caballos de fuerza y 258 libras pie de torque, auxiliado por uno eléctrico que aporta 67 caballos extra a la ecuación.

La batería que asiste a este motor es de iones de litio laminada, así que podemos estar tranquilos de su comportamiento, pues es de lo más adelantado en la materia. En conjunto, este par es capaz de desarrollar 360 caballos de fuerza y el empuje de 403 libras pie de torque.

Que se pongan a temblar aquellos autos que no cuentan con un trabajo en equipo, pues en este caso es la unión de estas tecnologías las que hacen la fuerza.

Empezamos a tratar este auto con respeto y a conducirlo con mayor curiosidad.

La transmisión de siete velocidades nos apoyaba para exprimir las cualidades motrices y las asistencias electrónicas nos dejaban divertirnos entre curvas y un pavimento todavía mojado por la lluvia que había caído la noche anterior.

Las mayores diferencias que encontramos en el manejo no pudimos adjudicárselas al motor, sino a la dirección, que la marca denomina como Direct Adaptive Steering, que no es otra cosa que un sistema que envía la información de forma electrónica, en lugar de hacerlo de forma mecánica, logrando así que las reacciones se filtren y reinterpreten, para hacerlo supuestamente más cómodo y preciso.

La vieja escuela dirá que es una locura, las nuevas generaciones no notarán una gran diferencia y algunos no sabremos qué nos gusta más, pero agradeceremos la comodidad cuando se circula por terrenos irregulares.

Lo cierto es que este híbrido no nos falló. Nos dejó con suficientes argumentos para respetarlo como el tope de la gama del Q50 y con sensaciones favorables como para esperar cada vez más de este tipo de motorizaciones, que aprovechan la electricidad para hacer autos más poderosos, sin que estos tengan las complicaciones de tenerlos que cargar ni nada por el estilo.