Jake Vite: con gasolina en las venas

Los autos siempre han sido protagonistas de la vida de Jake Vite. Su bisabuelo, por parte de su madre, era un fanático de la Fórmula 1 que idolatraba a Alain Prost, mientras inculcaba a su familia el amor y la pasión por la máxima categoría.

Por parte de su padre, la línea racing continúa, toda vez que tiene un negocio de pintura automotriz, lo cual ha mantenido al joven de 21 años siempre en contacto con las carreras. Ya sea NASCAR, Champ Car o incluso la F1, Jake busca la forma de asistir y poder ser parte de un fin de semana de olor a llanta quemada y gasolina.

“La experiencia más cercana a un Fórmula 1 fue el año pasado cuando mi hermano y yo ganamos el concurso de diseñar el casco que Sebastian Vettel usó en el Gran Premio de Abu Dhabi... ese fue el mejor fin de semana de mi vida”, relató Jake.

El joven capitalino siempre tuvo el sueño de convertirse en un piloto, como lo fue su ídolo Ayrton Senna. En su búsqueda por entrar al mundo del automovilismo, tomó un curso para aprender a manejar karts tipo shiftter en Estados Unidos, pero la oportunidad para continuar con la carrera no se dio, ya que “es un mundo muy caro y muy exclusivo”.

Como todo amante de las carreras, su videojuego favorito era el F1, en aquel entonces el Gran Turismo no llamó mucho la atención y, desde los quince años, prefirió llevar ese aprendizaje a su manejo diario.

“Cuando mi papá me sacó por primera vez a la calle, vio cómo manejaba y me dijo 'no lo haces nada mal te lo llevas sólo a dónde vayas'. Eso me ayudó mucho porque como no sabía lo hacía despacio y con cuidado”.

Conforme adquiría experiencia buscaba la forma de mejorar su manejo con algunas técnicas que aprendió viendo las carreras, como la de hacer un trazo de carrera en zona de curvas, claro, cuando el camino se lo permitía porque es tan precavido que en el tiempo que tiene manejando no ha provocado un accidente.

Sin embargo, nunca se le ocurrió que a través de un juego de video podría cumplir su sueño.

“Me marcó una amiga mía para contarme del concurso. No le hice mucho caso, pero cinco minutos después volví a escuchar de la promoción en radio. Fue ahí donde decidí entrar: me prestaron un PlayStation (porque la verdad yo ni tenía) y me aferré a ganar”.

Igualar el nivel de los gamers fue un poco complicado porque hay que desarrollar habilidades visuales, aunque Jake se adaptó rápidamente pues el auto en el simulador se comporta muy similar a la física de uno real, sólo fue cuestión de enseñarle a la mente a imaginar lo que sucede a través de lo que se ve.

A pesar de haberse convertido en jugador en tan poco tiempo, logró llegar a la final en la que su buen desempeño en los cuatro retos: el juego, prueba de manejo en el 370Z, prueba física y una ronda de preguntas y respuestas con medios de comunicación, lo convirtieron en uno de los seis representantes de México que viajarán a Silverstone, Inglaterra, al Race Camp donde enfrentarán a los ganadores de Australia, India, Medio Oriente y Tailandia del 8 al 14 de agosto.

Pero cuando se le cuestiona sobre si está nervioso, Jake contesta sin temor a nada: “No voy a disfrutar la experiencia, voy a ganar, ese es mi objetivo primordial. Para lograrlo he estado afinando los detalles que me costaron trabajo en la final nacional, como la condición física (con entrenamiento y ejercicios para fortalecer el cuello). También estoy memorizando perfectamente el circuito para cometer el menor de los errores”.

Así, con Lucas Ordoñez como su ejemplo a seguir, Jake se dispone a partir al Viejo Continente con el propósito de elevar la bandera de México en lo más alto de la competencia, cumplir su sueño y ser el primer mexicano en entrar al equipo de Nissan Motorsports.