Lewis Hamilton renace de entre las cenizas

A toda velocidad. La batalla por la gloria en el Gran Premio de Italia que comenzó con una hermosa maniobra de rebase, cortesía de Nico Rosberg sobre Lewis Hamilton, tuvo un hermoso desarrollo a escalofriantes velocidades, que rondaron los 360 kilómetros por hora, y que regresaron a los de Mercedes a lo más alto del podio para conseguir su séptimo doblete, acompañados de un personaje que hace más de un año no sentía el placer de celebrar con champaña: Felipe Massa.

Afortunadamente para la audiencia, la novela tuvo más de un capítulo, y el error de Hamilton en la arrancada, que lo hizo perder varias posiciones fue lavado con una carrera perfecta. El inglés pudo capitalizar las equivocaciones de Rosberg para darle alcance y cacería, y enviarlo al segundo escalón del podio, eso sí muy cerquita del Mercedes del ganador.

Ayer, los chicos malos se portaron bien. El espectáculo que dieron los pilotos de Mercedes fue impecable, perfecto y preciso, sobre todo si lo comparamos con su garrafal actuación hace quince días, donde, tras un contacto entre ellos Hamilton tuvo que abandonar la carrera y Rosberg se tuvo que conformar con el segundo escalón del podio.

Ayer, a más de 25 segundos de ellos, Felipe Massa, quien no se subía al podio desde el Gran Premio de España de 2013 demostró que todavía sabía pisar con decisión el acelerado y gracias a esto pudo celebrar el último escalón del podio.

Detrás del piloto brasileño de Williams, su coequipero, Valteri Bottas, se esforzó por lavar el pecado de su pésima salida, que en la primera vuelta lo rezagó hasta la décima posición.

De ahí para atrás, las diferencias las tuvieron que medir con calendario, pues el primer motor no alemán que cruzó la línea de meta, llegó más de 50 segundos después de que Hamilton llegara a la meta.

Resultados agridulces

Afortunadamente, la actuación de Sergio Pérez, quien desde los primeros compases de la carrera se colaba entre los punteros, cauterizó las heridas del triste desempeño de Esteban Gutiérrez, quien nuevamente no vio la suya y tuvo que conformarse con cruzar meta con dos vueltas de rezago, para adjudicarse la decimonovena posición. En contraste, el impecable manejo del tapatío le valió para asegurar el séptimo sitio.

Una fórmula similar fue la que tuvieron que vivir los aficionados italianos, quienes veían con decepción cómo el equipo Ferrari se vio minimizado dentro de la pista en todos los aspectos: como proveedor de motores y como equipo, teniendo que ver cómo Fernando Alonso echaba por la borda una racha de 29 carreras cruzando la línea de meta, al abandonar por problemas mecánicos.

Su único consuelo fue el último punto que Kimi Räikkönen logró rescatar al cruzar la línea de meta en la décima posición.

Habrá que esperar tres semanas para que los motores V6 resuenen por primera vez en tierras rusas, en el Autódromo de Sochi.

#GPM