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Probamos uno de los autos más emblemáticos y raros de Volkswagen: el Golf Rallye

POR: Pablo Monroy el Lun, 05 de Junio de 2017, 06:20 pm

El Golf Rallye calza un juego de rines de aleación de 15 pulgadas. Foto: Pablo Monroy.
Pablo Monroy

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Licenciado en Periodismo por la Escuela de Periodismo Carlos Septién García, fotógrafo automotríz y entusiasta de las cuatro ruedas. / IG: @elpablomonroy

REIFNITZ, Austria.- Una mezcla de emoción y nerviosismo recorre lentamente nuestro cuerpo y se concentra en la mano derecha mientras giramos despacio la llave para poner el motor en marcha.

 

 

Y no es para menos, pues no todos los días Volkswagen de Alemania saca de su museo uno de sus tantos modelos históricos y te lo confía aunque sea por unos minutos para lo saques a dar una vuelta.

Foto: Pablo Monroy.

 

Así que con cautela hundimos el pedal del embrague hasta el fondo e insertamos la primera velocidad, pues no queremos lastimar ningún mecanismo de la transmisión. Aceleramos un poco para liberar el embrague y dar bandera verde a nuestro recorrido.

 

El sonido de su motor es muy característico y deja escuchar un ronroneo que es plenamente estimulante. Estamos al volante del Golf Rallye, una edición especial lanzada al mercado en 1989 con el objetivo de homologar un Golf de rallyes y cumplir así con el reglamento del Grupo A, que exigía 2,500 vehículos para la calle y de esta forma Volkswagen pudiera aventurarse en esta categoría.

 

Foto: Pablo Monroy.

 

 

El resultado fue un coche del que sólo se fabricaron cinco mil unidades y que ha pasado a la historia con todos los méritos porque su respuesta en la aceleración y en la conducción resultaba excepcional.

 

Casi todas fueron ensambladas a mano en Bélgica y se les colocó un motor de cuatro cilindros de 1.8 litros y ocho válvulas (dos por pistón) capaz de entregar 160 caballos de fuerza a las cuatro ruedas gracias a la instalación de un compresor G60, todo administrado por una transmisión manual de cinco velocidades.

Foto: Pablo Monroy.

 

 

Sin embargo, de aquella edición limitada hubo 12 vehículos montados en el cuartel general de Volkswagen Motorssport en Hannover, Alemania, a los que, gracias a la instalación de una cabeza de 16 válvulas (cuatro por cilindro), los ingenieros lograron elevar la potencia hasta 210 caballos y 184 lb.-pie de torque.

 

Para nuestra grata sorpresa el coche que manejamos es una de esas 12 unidades, ¿ahora entiendes la emoción y el nerviosismo cuando giramos el encendido?

 

Foto: Pablo Monroy.

 

En el exterior estéticamente el Golf Rallye ostenta una musculatura resaltada principalmente por las salpicaderas ensanchadas y por una postura baja, pues su carrocería es dos centímetros más baja si la comparamos con la de un GTI de la época.

 

Ya en el interior, salvo los asientos Recaro que equipa, forrados en tela y piel de tipo cubo que sujetan firmemente la espalda, no hay mayores cambios. El panel de instrumentos es el característico de un Golf de segunda generación, con su juego de diodos de colores a manera de testigos en el tablero, un velocímetro marcado hasta los 260 km/h, y un odómetro que apenas registra 35 mil 631 kilómetros recorridos.

 

Foto: Pablo Monroy.

 

Por fin salimos del estacionamiento del campamento GTI en el que estamos hospedados por motivo del GTI Wörthersee Treffen, la mayor concentración de apasionados del GTI en el mundo.

 

El Golf Rallye es un coche que debes manejar con todos tus sentidos, pues la dirección mecánica es dura y mantener una trayectoria lineal requiere giros amplios en el volante.

 

Es por ahí de las cuatro mil revoluciones por minuto que el auto despierta, con una entrega de potencia contundente que se estira hasta casi las seis mil rpm. La conexión mecánica entre nuestro pie derecho con el acelerador es especial, pues prácticamente el motor te va contando lo que siente mientras la aguja del tacómetro sube y baja con cada cambio de velocidad.

 

Foto: Pablo Monroy.

 

Esa misma conexión está presente en la rigidez de la suspensión que, si bien fue configurada para soportar de mejor forma las fuerzas laterales a las que debes enfrentarte cuando pasas por una curva a alta velocidad, sus componentes calcan cualquier irregularidad de la superficie hasta el volante.

 

Debemos ser respetuoso con la presión que ejercemos al pedal de freno pues si te pasas no hay sistema ABS que evite que las ruedas tiendan a bloquearse.

 

Foto: Pablo Monroy

 

Lamentablemente debemos regresar al campamento pues ya nos pasamos cerca de 10 minutos del tiempo pactado y la gente de Volkswagen ya debe estar angustiada por su hijo.

 

En definitiva el Golf Rallye es sin duda uno de los hot hatches más perseverantes y veloces que los alemanes de Volkswagen tienen en su curriculum, pues este Golf pertenece a generaciones de autos cortadas por patrones diferentes que nos recordaron lo que el significado de conducir como dios manda.

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