Cómo combatir el estrés de un mal día con una dosis de comodidad y lujo

Siempre tenemos muy malos días, de esos en los que sólo falta que un perro te orine. En el mejor de los casos caminar puede ayudar a relajarte, pero para los petrolhead como nosotros, la mejor terapia es recorrer las calles de la ciudad.

Ustedes dirán "cómo es posible si la ciudad es un caos inmerso en la porquería que llamamos tráfico", pues la nueva GMC Acadia nos demostró que es capaz de aislarnos del mundo exterior (sin perder la seguridad) para hacernos sentir como en el sofá de nuestra casa.

Nuestro encuentro fue en un estacionamiento lejos de la Esquina de la Información, toda vez que los campesinos habían tomado la calle de Bucareli y era imposible entrar o salir del edificio con vehículos. 

A pesar de la oscuridad del lote baldío, la Acadia se veía imponente. Su parilla metálica líneas horizontales y su musculosa carrocería, con unos tonos en color vino, se alcanzaban a distinguir en la lejanía. Era lo único. Los detalles se perdían en las sombras, igual que los recuerdos de un día tormentoso.

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Foto: GMC

Creímos que el viaje de regreso a casa sería igual que siempre… pero al entrar nos recibió un cómodo asiento de piel con ajustes electrónicos de altura y soporte lumbar, que nos hicieron sentir como si fuera en un reposet (hasta calefacción para estos días en los que no te calienta ni el Sol). 

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Foto: GMC

Vinculamos el celular vía bluetooth y luego lo conectamos al puerto USB para cargarlo… sorpresivamente se vinculó a través de Car Play y, ahora sí, podíamos terminar el día con unas cuantas llamadas mientras emprendíamos el viaje.

Ante la autonomía limitada (por falta de gasolina) preferimos concentrarnos en el espacio y la comodidad que en el desempeño de su motor (V6 3.6 litros 288 hp 270 lb-pie).

La insonorización te hace olvidarte del bullicio de la ciudad, la suspensión hace que los peores baches del centro de la Ciudad de México sean como subidas y bajadas en un juego mecánico para niños pequeños, el volante (forrado en piel) es cómodo y hasta es posible hacer un poco de masaje en el dedo pulgar con las costuras.

¿Para qué pensar en el desempeño si el objetivo es consentirnos en medio del caos?

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Foto: GMC

Con el Apple Car Play instalado y nuestra lista de reproducción para días difíciles elegimos el camino más largo para seguir disfrutando de la camioneta.

Subismos el volumen y a pesar las notas graves constantes de la música, el sonido Bose (de alto desempeño, con sonido surround 5.1 y un subwoofer) logró hacer que nos sintiéramos en un concierto.

Ante tanta distracción accionamos varios de los sistemas de seguridad que evitan los accidentes: Pusimos el control de crucero a 45 km/h para evitar cualquier multa y encendimos el asistente contra impacto frontal. Así la camioneta aceleraba hasta alcanzar la velocidad máxima y en caso de que el auto de enfrente frenara, ella lo haría también.

Aunque siempre estuvimos al pendiente (porque no hay que confiarse de la tecnología por más segura que sea) pudimos manejar más relajados y a una velocidad contenida, tranquila, disfrutando del momento.

Nunca creímos que un viaje así pudiera hacernos sonreír después de un mal día, pero subirnos a la Acadia fue como estar en un oasis en medio del desierto. Fue como el cálido abrazo de la familia cuando sabe que tuviste un tropiezo. Fue un: gracias. Nos vemos al día siguiente mundo.

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Una de las ventajas de esta camioneta es que tiene un aviso de mirar al asiento trasero, con el objetivo de que no olvides ni al niño (como ya ha pasado) ni a tu mascota. Foto: GMC

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