El nacer de una nueva Ferrari

En tan sólo unos meses Sergio Marchionne, director ejecutivo de FIAT Chrysler Automobiles (FCA), cambió la historia de Ferrari. Para bien o para mal en 2015 comenzaremos a ver una estructura diferente de la casa italiana, donde lo importante ya no será únicamente vender licencias comerciales referentes a la casa de Maranello, sino en obtener números positivos con la venta de coches dado que el próximo año el Cavallino Rampante deberá rascarse con sus propias uñas.

El despido de Luca di Montezemolo, acontecido en octubre pasado, y quien por más de dos décadas dirigió los destinos de la casa de Enzo Ferrari, fue el primer paso para transformar la marca.

Aunque se dio a conocer como una salida amistosa, lo cierto es que Luca y Marchionne libraban una batalla de poder, y es que el primero deseaba mantener el actual esquema de la marca, mientras el segundo buscaba transformarla, hacer que vendiera más de siete mil unidades al año -de hecho el plan es que sean 10 mil- que mantuviera su exclusividad pero ingresara a nuevos sectores, y que los compradores no tuvieran que estar en lista de espera para evitar darle ventaja a sus competidores.

La idea no es descabellada. Para nadie es un secreto que la venta de autos no es el mayor activo de Ferrari, sino el licenciamiento comercial referente al equipo de Fórmula 1. De hecho, la marca se encuentra valorada dentro de las mejores del mundo.

Sin embargo, los éxitos no han llegado en las carreras y eso ha repercutido en la reputación de la compañía, al final, como dijera Marchionne “un Ferrari que no gana en pista, no es Ferrari”, y desde 2007 que no hay un campeón vestido de rojo.

Por ello, tras imponer su poder, en 2015 dará un paso importante. Se pondrán a la venta un 10 por ciento de sus acciones y dejará de formar parte de FCA. El 90 por ciento restante será dividido entre los accionistas de FCA, los árabes ya dueños de la compañía y el hijo de Enzo Ferrari.

Pero Ferrari deberá pagar un último tributo a Marchionne y FCA: dos mil 250 millones de euros a las cuentas del grupo italoamericano, dinero proveniente de las ventas de acciones y que servirá para reestructurar la compañía y potenciar el crecimiento de Chrysler, FIAT y Alfa Romeo, especialmente de estas dos últimas, quienes desean dejar de ser marcas de nicho para generar mayores ingresos.

Después de todo, grupo FCA se deshará de su activo más valioso. Pero también, parte del dinero servirá para modernizar a los de Maranello y ser competitivos.

El movimiento parece un pago de ofrenda a FIAT luego de que a mediados del siglo pasado ayudaran a salvar a Ferrari comprando el 50 por ciento de las acciones de la compañía de Enzo, participación que amplió en las dos últimas décadas de ese lapso.

Sin embargo, Marchionne poco habla de la suerte que correrá el equipo de Fórmula 1, y es que para él lo que importa es vender más coches y parece olvidar que la filosofía de Enzo Ferrari no era producir autos de calle, esos los creó para mantener su verdadera pasión: el deporte motor.