Atrévete a hacerle una faena al Dodge Charger Hellcat

Nunca antes la industria automotriz había tenido un sedán tan poderoso como el Dodge Charger Hellcat, nadie se había atrevido a crear algo como esto.

Las razones no eran más que, como ocurrió con los primeros capítulos de Star Wars (los cuales no fueron grabados por falta de la tecnología que les permitiera recrear ciertas escenas), hasta hace poco era prácticamente imposible pensar que un auto de cinco puertas pudiera ser impulsado por la suma de 707 caballos de fuerza, sin que ello acabara en fatalidad.

Para acceder a esta potencia había que ir a marcas como Lamborghini o Ferrari.

El desarrollo de nuevos materiales, más ligeros y resistentes, así como la evolución de los dispositivos electrónicos, que ahora le permite a cualquier novato sentirse piloto de carreras profesional, con la ayuda de una larga lista de asistencias, ha cambiado por completo las reglas del juego.

Dodge dio un fuerte golpe sobre la mesa para acabar con la batalla que hace algunos años se reavivó, gracias al arribo de nuevas versiones más poderosas y vitaminadas de los contendientes en la guerra de los muscle cars americanos, y la acabó con nada más que 707 caballos, que son muchísimos.

Foto: Salomón Ramírez

Primero fue el Challenger, la apuesta retro de la marca y poco después el Charger. Ambos recibieron la preparación de la división SRT, para asumir el apellido Hellcat, que les confiere cualidades divinas. Más allá del par de puertas extra que tiene el Charger, la línea y diseño de este sedán es mucho más moderno y evolucionado que el de las versiones retro de sus rivales.

Además, presume de cierto futurismo que se refleja en su parrilla y faros. No abandona los músculos, sin embargo estos ya se ven más estilizados y presumen una escultura más aerodinámica que el de la línea que le vimos a modelos como el del viejo General Lee.

Foto: Salomón Ramírez

LO MEJOR DE DOS MUNDOS

Así que pasado y futuro no pudieron encontrar un mejor escenario para coincidir, toda vez que, apenas encendemos el motor, la tecnología comienza a intervenir para hacer más llevadera la poderosa propuesta.

Tal como con el Challenger Hellcat y con el Ford Mustang Boss 302, en el Dodge Charger también existen dos llaves, una roja y una negra.

Aquí el extraño caso del doctor Jekyll y el señor Hyde se define con base en las llaves. Cuando se enciende el auto sólo con la llave negra a bordo, es posible acceder a 500 caballos de fuerza. La bestia contenida. Mientras que, cuando la llave roja está presente, se cuenta con los 707 caballos. 

Foto: Salomón Ramírez

El torque al que es posible acceder también es una grosería: 650 libras-pie que empujan desenfrenadas apenas se los sugiere el pedal del acelerador, valiéndose de la sobrealimentación que recibe el motor Hemi del enorme súper cargador de 2 mil 380 cc, que fue acoplado a una transmisión automática de ocho velocidades.

Pero la ecuación tuvo que esperar tanto tiempo no sólo por los desarrollos que recibieron los refuerzos del bloque, los inyectores, el sistema de refrigeración  o el cigüeñal de acero forjado.

Foto: Salomón Ramírez

Tal vez el rubro que más tardó en madurar es el de los frenos, pues para que el sedán más rápido del mundo fuera una realidad, fue necesario que Brembo desarrollara el sistema de frenos jamás montado en un auto de producción en serie: rotores de dos piezas de 15.4 pulgadas y mordazas de seis pistones en la parte delantera y discos de 13.8 pulgadas para la parte posterior.

Como nunca antes se había visto en un vehículo de estas características, nos fue posible echar mano, dependiendo de las condiciones del terreno, de distintas configuraciones, pues el camino a la Hacienda Vista Hermosa nos obligó a pasar por autopistas, carreteras federales y hasta caminos empedrados. 

Foto: Salomón Ramírez

Los modos de manejo a los que se puede recurrir son: Custom, la cual es posible personalizar; Default, que es un modo intermedio; Eco, útil para el ahorro de combustible, Sport, que incrementa las prestaciones del vehículo sin desconectar las asistencias del vehículo y Track, que pone a prueba todas las capacidades del hombre y la máquina.

El sistema de infoentretenimiento que echa mano de una pantalla de 8.4 pulgadas es una ventana al futuro pues convierte al bólido en un gadget ambulante, y va muy de la mano con los acabados de este Dodge, que bien podrían ser los de un Mercedes-Benz o los de un BMW, por los acabados y materiales Premium.

(Infografía: Jaime Castillo, con información de Cristian Moreno)