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Un día de carreras de NASCAR en Daytona

POR: Eduardo Olmos el Mié, 01 de Marzo de 2017, 05:20 pm

NASCAR ha promovido las 500 Millas de Daytona como un día de fiesta y espectáculo entre sus aficionados. FOTO: Chris Graythen/NASCAR
Eduardo Olmos

Eduardo Olmos | Colaborador

Egresado de Comunicación de la Universidad Panamericana (CDMX), reportero de deporte motor, colaborador en Atracción360.com y director del portal "IndyCar al Día".

El viento frío que proviene de la costa no es impedimento para que el sol aparezca e ilumine la zona sur de Florida. Las casas rodantes abren sus puertas, sus tripulantes encienden su música, country en su mayoría, y organizan todo para disfrutar lo que promete ser una tarde para recordar.

 

Después de todo, ellos han mantenido la tradición de llenar el autódromo de Daytona para la carrera más importante de la NASCAR. Por ello, toman está fecha como un día de fiesta.

 

Faltan siete horas para la bandera verde, pero las puertas ya están abiertas para las 101,500 personas que compraron un boleto de acceso a la enorme grada en forma de Estadio, inaugurada un año antes. Prensa local y nacional hace acto de presencia, junto con la que viene de Canadá, Mexico, Sudamerica, Europa y Asia. Ni hablar de la que se dedica a reportar espectáculos. En tanto, los garages se abren, los vehículos son descubiertos y los mecánicos afinan detalles para lo que será una larga jornada.

 

Por casi cuatro horas, 40 pilotos buscan dejar su nombre en la historia de la categoría. FOTO: Jerry Markland/NASCAR

 

Poco a poco, los rayos del sol calientan el ambiente mientras las personalidades llegan al circuito, algunas de ellas otorgando breves conferencias de prensa en un atestado Centro de Prensa; muchos otros, en cambio, son recibidos por el paddock y reconocidos como invitados especiales en la reunión de pilotos, misma que reúne a ingenieros, RP's, ex pilotos, dueños de equipo, jefes de marcas y familias de los participantes. Hay un área para la prensa, la cual ha recibido un trato especial desde el inicio de las actividades en pista, una semana antes.

 

Las 500 Millas de Daytona podrán no ser el evento deportivo con más asistencia, pero las características de las salas de prensa, del paddock, el edificio ubicado detrás del Círculo de Ganadores y la existencia de una sola tribuna alrededor, lo hacen ver cómo uno de los sitios más llenos durante un al calendario. Después de todo, todavía es la carrera de autos más vista en Estados Unidos año con año (en 2017, el rating superó los seis puntos, aunque hubo años en que llegaba al doble).

 

Desde las celebridades hasta los aviones "Thunderbirds", la hora previa la Daytona 500 complementa el espectáculo. FOTO: Jonathan Ferrey/NASCAR

 

1:30 PM. Después de los últimos conciertos y la presentación de pilotos (que tiene a Carmina Burana de fondo musical, y recibe con aplausos para los héroes y abucheos para los villanos), llega la hora de las ceremonias, en la que la gente se levanta y produce un silencio solemne a la hora del himno nacional. No hay atletas hincados ni protestas sociales, solo respeto a la nación. Tras un poco de demora, Wilson finalmente da la orden de arrancar motores. Desde una sala de prensa ubicada en las tribunas, el panorama es completo, suficiente para la labor informativa.

 

Espectáculo es lo que ha intentado ofrecer la NASCAR en las últimas temporadas, implementando elementos como los playoffs, la división de carreras en etapas y una final con cuatro aspirantes al título. En Daytona, una pista ubicada en un lugar simbólico por haber celebrado la primera carrera del serial en su playa, los autos se han vuelto más parejos y, en algunos casos, la suerte ayuda a lograr el éxito. Podría ser similar a otras pistas, pero en este caso, su estilo "hollywoodesco" la diferencia del resto.

 

La edición de este año no fue la excepción. Teniendo el antecedente de la competencia de la Truck Series, en la que los accidentes comenzaron desde la vuelta 2 y el final fue testigo del vuelco de quien iba liderando, y la Xfinity Series, en el que no hubo más que un "Derby de Demolición", para el evento estelar se esperaba más paciencia y menos caos por parte de los pilotos, considerados los mejores del mundo en cuanto a autos de producción se refiere.

 

El incidente generado por Kyle Busch fue el detonante para generar el caos. FOTO: Jerry Markland/NASCAR

 

Inicialmente, la división del recorrido en tres etapas generó estrategias, conservación del coche e intercambios de lugares entre varios contendientes, pero tras el primer golpe que eliminó a contendientes como Kyle Busch, Dale Earnhardt Jr. y Matt Kenseth, se desató el pandemónium.
 

De acuerdo con el reporte oficial, hubo cuatro accidentes con más de seis coches involucrados en cada uno. No hubo prácticamente nadie que se salvara de algún rasguño, y solo 25 llegaron a la bandera a cuadros, 15 completando las 200 vueltas.

 

Irónicamente, y ante lo que NASCAR intentó evitar, fueron el ahorro de combustible y la suerte lo que definió al ganador: Kurt Busch, quien en 16 intentos previos había logrado tres segundos lugares, se llevó la victoria cuando sus rivales, 15 años más jóvenes que él, se quedaron sin potencia. Solo lideró una vuelta, y su máquina sobrevivió a varios golpes.

 

Kurt Busch celebró con el jugador de la NFL, Rob Gronkowski; ambos son portavoces de la marca Monster Energy. FOTO: Jared C. Tilton/NASCAR

 

No solo para él fue su estreno en el Círculo de Ganadores más envidiable de la NASCAR, sino también para Tony Stewart, quien nunca la ganó como piloto, Gene Haas, a quien solo le falta una victoria en la Formula 1, y Tony Gibson, un veterano y respetado ingeniero en el paddock. Un regalo muy especial para Busch, quien con los años dejó atrás su temperamento y escándalos extra pista para seguir como uno de los volantes más talentosos. Como en las pistas históricas, el respeto y la humildad dejan una recompensa.

 

Cae la noche y, tras una extensa celebración, los triunfadores se van a descansar, debido a que los siguientes días serán de eventos con los promotores de Daytona, la prensa y los programas más vistos en Nueva York; eso sin contar que, el siguiente fin de semana, el campeonato sigue su marcha sin descanso.

 

Las gradas se vaciaron desde ya hace un rato mientras que el Centro de Prensa principal acoge a algunos periodistas. Los trailers de los equipos partieron a sus cuarteles generales, en tanto que los trabajos de limpieza de las instalaciones están por concluir. Afuera, el tránsito es más calmado, al ser una ciudad modesta cuya fuente de ingresos son las carreras que organiza el autódromo, pero eso no parece estar en mente de los que se quedan en las casas rodantes, quienes continúan, o apenas comienzan, con la fiesta. Su fiesta de la velocidad.

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