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Cómo se pasa la Navidad en 'El Torito'

POR: Excélsior el Jue, 25 de Diciembre de 2014, 12:02 pm

Cómo se pasa la Navidad en 'El Torito'. Foto: David Solís
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Un pequeño salón de usos múltiples, que también es conocido  como sala de video, se encuentra abarrotado. En la víspera de Navidad hay 83 hombres de diversas edades, la mayoría no supera los 40 años, incluso, hay a quienes apenas se les comienza a marcar el bigote.

 

Todos escuchan atentos a María Elena Vázquez Guadarrama, quien les platica amable:

 

“Éste fue el rastro de la ciudad, entonces se le quedó como nombre El Torito, después, cuando tuvieron que cambiarlo, quedó como Sanciones Administrativas. De los años 50 para acá se usa ese nombre…”, explica la responsable de la biblioteca a los presentes. 

 

Con la cabeza caída, dormitando por los estragos de la cruda, algunos miran a la nada cuestionándose internamente cómo fue que el alcoholímetro los venció y ahora se encuentran dentro del Centro de Sanciones Administrativas, conocido como El Torito,  para cumplir un arresto inconmutable o esperar la llegada de un amparo que les permita seguir con la fiesta.

 

No impera el olor de bebidas embriagantes, como podría esperarse, pero sí el sudor y ese característico aroma penetrante de muchas horas de calzado devastado.

 

Algunos alcanzarán a salir para llegar rayando a la cena navideña; otros y los próximos que lleguen, tendrán para mitigar el frío, el hambre y el mareo una cena de Nochebuena tras las rejas, pero gourmet: pavo en salsa de ciruela, sopa hawaiana, espagueti, ensalada de manzana  y ponche.

 

Carlos Enrique Aguilar Cueto, director de este centro, asegura que no se trata de ningún privilegio.

 

“En la cuestión emocional es algo que les pega y no nada más al que está aquí, sino sobre todo a su familia, porque a lo mejor aquí está el papá, y los hijos van a pasar la Navidad sin él; la esposa como sea le va a dar su jalón de orejas, pero los hijos son quienes más lo pueden sentir, porque es una fecha más familiar.

 

“No es tanto un apapacho, sino esa parte de dignidad  y de trato humano, en el entendido de que no pueden estar hoy con su familia”,  justifica antes de comenzar a supervisar los trabajos de la cena navideña en El Torito.

 

Todo se acaba

 

En la cocina, de El Torito, todo está perfectamente ordenado, limpio y sin duda el ambiente se va impregnando a sabor en esta mañana fría.

 

Rubén Muñoz es el cocinero principal, y será el chef para la cena navideña; trabaja con tres personas más, todas sincronizadas para elaborar más de 100 raciones.

 

Impecablemente vestido de guinda y extremando medidas sanitarias en cabeza y cara, Rubén deja claro que tiene 30 años de experiencia en el arte culinario, con la destreza con la que maneja sus trastes de tamaño industrial y el empeño para darle sabor a su comida. Es la primera vez que hará la cena del 24 de diciembre en El Torito, pero lo respaldan otros 15 menús navideños que ha preparado en diversos centros penitenciarios.

 

“Es bonito verlos con cara de felicidad porque tienen una cena de  Navidad. Mucha gente se acerca y nos da las gracias; todo se acaba, para el día siguiente les damos otro menú, no tenemos recalentado”, advierte.

 

El Torito ha cobrado fama, no sólo por las cenas navideñas, sino también por los chilaquiles que preparan para mitigar la resaca. 

 

“Se acercan los arrestados y nos dicen que muchas gracias, que están muy ricos, se los damos crujientes”, presume con una sonrisa Rubén Muñoz quien sostiene que la principal razón es que todo se hace con gusto y amor al trabajo.

 

Quieren llegar a Navidad

 

En los últimos días de diciembre se incrementa tanto el número de detenidos que superan los 100 por día. Tan sólo, la semana pasada un promedio de 45 personas llegaron a completar su arresto inconmutable por el temor que en Navidad o año nuevo sean aprehendidos y llevados para saldar la deuda por la irresponsabilidad de las copas,  relata el director del centro, Carlos Enrique Aguilar Cueto.

 

“Hay quienes decidieron venir ya por voluntad propia  a cumplir el resto de sus horas, ya que se pusieron de acuerdo con las autoridades  judiciales porque no querían correr el riesgo  de que el día 24 o el día 31,  estando ya listos para las cenas con sus familias,  los fueran a detener ahí en sus casas”.

 

También habla de los reincidentes, un fenómeno que cobra relevancia porque se han dado casos que en una semana una misma persona ha sido detenida tres veces, aunque mañosamente se cambie el nombre.

 

Las cifras que ofrece el directivo hablan por sí solas: en 2013 fueron casi 38 mil 500 los arrestados. En lo que va de 2014, hasta el  21 de diciembre, la cifra ascendía a 73 mil 22 personas, sólo por la aplicación del alcoholímetro.

 

El número de mujeres detenidas por superar los niveles de ingesta de alcohol, también se ha incrementado, lo cual se debe, asevera Aguilar Cueto, a que ahora conducen vehículos en mayor número y con mayor frecuencia.

 

Lo cierto es que, es mejor celebrar en casa y no dejar que el arrepentimiento se desvanezca, tanto en hombres como en mujeres, con bocados de pavo en salsa de ciruelas, sopa hawaiana y ponche que haga menos amarga su Navidad en El Torito.

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