Un chilango en el transporte público de: Guadalajara

El chilango puede salir de la Ciudad de México, pero la Ciudad de México no sale de él.

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Teatro Degollado. Foto: Especial

Ser chilango es un estigma en muchas ocasiones difícil de superar. Es un gentilicio despectivo a falta de una palabra más adecuada. ¿Capitalinos?, ¿Defeños?, hasta el nombre de la ciudad ya cambió. Viajas a cualquier punto del país y en cuanto dices capital te van a decir chilango. Para los que vivimos en “Chilangolandia”, el transporte público es motivo de nuestras peores pesadillas. ¿Será lo mismo en otros lugares?

No se conoce un lugar si uno no se sube al transporte público que utilizan todos los que viven ahí. 

Hace tiempo visité la Ciudad de Guadalajara. Es la segunda más grande de México. Tiene lugares dignos de ser visitados: El Teatro Degollado me dejó perplejo cuando lo observé en la noche.

Su gastronomía también me pareció magnífica. Las tortas ahogadas, la birria y algún trago del tequila de la región para no agarrar una indigestión. Todo muy bonito hasta ahí, el momento en que me puse a recordar su transporte público es otra historia. Harto complicado y no le pide nada al de la Ciudad de México, aquí mi experiencia.

¿A qué te refieres con turquesa?

Apenas llegué a la terminal de autobuses me decidí a dirigirme al centro de la ciudad. Como buen capitalino traía en la mente el abuso de los taxistas de sitio, por eso, con toda la maña del mundo pregunté por el transporte público por excelencia: el camión.

“Toma el turquesa, ese te lleva al centro”, me dijo un policía. Me dirijo a la calle y espero a que pase un camión que diga en el letrero la palabra “Turquesa”.

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Este es el mentado turquesa. Foto: Redes sociales

Pasan los minutos y ocurre que ningún camión trae letrero. Oiga, el ¿turquesa pasa por aquí?, le digo a un hombre parado junto a mí. Es ese, me señala una unidad pintada en color azul turquesa.

De algún modo, en Guadalajara los camiones se reconocen por su pintura. Adentro de la unidad el viaje me pareció peculiar. El costo fue de 12 pesos (contando a las personas con las que iba, ir al centro hubiese sido más barato en taxi), tenía aire acondicionado y me recordaba a uno de esos camiones sacados de circulación en la CDMX: los Chimecos.

Debo aclarar, esta unidad se encontraba relativamente bien conservada. Después me enteré de que había abordado una unidad “Premium”. Los demás transportes en los que me subí me cobraron 7 pesos.

Tren Ligero

Ya en la ciudad y establecido en mi hotel, me informaron de alguna actividad que me interesaba y estaba algo lejos de mi posada. Me dijeron que el mejor transporte público para llegar ahí era el Tren Ligero.

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El Tren Ligero de Guadalajara. Foto: Redes sociales

Si me preguntan, es un Metro, pero de otra ciudad. Sin embargo, cuenta con apenas dos líneas y 29 estaciones. La primera impresión que tuve fue una actitud un tanto más amable de los usuarios al entrar.Tan sólo utilicé un par de veces el Tren Ligero, por lo que no me atrevo a decir que la experiencia sea completamente distinta al de la Ciudad de México.

Macrobús y Pre-tren

En la capital tenemos el Metrobús, los Trolebuses y el RTP. En el último día de mi visita, me subí a un transporte de nombre curioso: el Macrobús.

No me extraña, de hecho me recordó a los peores momentos que he vivido en el Metrobús, pese a su longitud estaba repleto y apenas pude salir entero del vehículo. A lo lejos vi el Pre-Tren que no es otra cosa que otro medio de transporte público. Cuando pregunté sobre cómo se viajaba ahí, los lugareños me dijeron que era más incómodo que el Macrobús.

Taxi

Cuando me fui de la ciudad de Guadalajara utilicé un taxi. Mi experiencia en los camiones “Premium” no había sido mala, pero debido a su costo pensé conveniente utilizar un taxi.

Para este entonces había aprendido a callar mi origen. No por vergüenza de ser de la capital, sí por apoyo a mi economía. Cada que mencionaba ser originario de la Ciudad de México intuía un incremento en el costo de las cosas que pagaba.

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Pintura de los taxis en esa ciudad. Foto: Taxis Guadalajara

Dije que era de Toluca, por eso de no tener que esforzarse a inventar un acento que seguro no me iba a salir. El costo se me hizo relativamente bueno: 45 pesos del centro a la terminal de autobuses en horario sin tráfico. Algo se me quedó en particular de esta ciudad. Es obvio que no nos quieren a los chilangos. 

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