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Cómo la Combi dejó a los nazis para convertirse en hippie

La historia la escriben las personas.

POR: Diego Pérez el Vie, 24 de Junio de 2016, 05:14 pm

Diego Pérez

Diego Pérez | Colaborador

Yo también vivo en esta ciudad... y la padezco  Twitter: @icariito

La combi es un vehículo con una personalidad magnética innegable.

 

Al frente, los faros y la defensa forman “una cara” amigable que parece sonreír a quién las mira. Su cuerpo, ajeno a todo principio de aerodinámica parece esforzarse por mantener un paso constante, su motor truena y revoluciona como si tuviera una voz propia. Un lenguaje que todos entendemos pero somos incapaces de traducir.

 

Te retamos a que no la mires en la calle. Foto: Especial

 

Durante los sesenta las carreteras norteamericanas estaban repletas de Combis pintadas con motivos floridos y símbolos que enunciaban el amor y la paz.

 

Una generación completa en Estados Unidos retó a los convencionalismos nacionalistas que se establecieron al término de la Segunda Guerra Mundial tras el derrocamiento del régimen Nazi y adoptaron un vehículo nacido en Alemania como propio.

 

Desde esta perspectiva suena incluso contradictorio. El país origen de la peor de las guerras brindaría un ícono que sería relacionado por la posteridad con un movimiento social que rechazaba todo tipo de belicismo.

 

Origen de la Combi

 

En 1947 el holandés Ben Pon acudió a la fábrica de Volkswagen en Alemania con la intención de cerrar un trato para llevar el coche a su país. Durante su visita a las instalaciones, encontró que los trabajadores de la empresa utilizaban una improvisada camioneta que montaba una cabina con una plataforma lisa para transportar cosas.

 

Este fue el boceto de Ben Pon. Foto: VW History

 

Al observar su diseño hizo un dibujo rústico que se convertiría en la Combi más adelante y que pensó como una buena idea para un vehículo de carga. En Volkswagen les gustó la idea y dos años después comenzó la producción del primer modelo.

 

 

¿Cómo se hizo la Combi un vehículo icónico para los hippies?

 

Eran los sesenta. La competencia armamentista entre Estados Unidos y la URSS mantenía en vilo a las personas de todo el mundo por la amenaza de un ataque nuclear a gran escala.

 

Ford, dominaba el mercado anglosajón y era el motivo de orgullo en el país con sus motores enormes y poderosos. Sin embargo, los estragos de la guerra más grande de la historia habían producido una terrible escases de combustible a nivel mundial por lo que los coches pequeños parecían una mejor idea cada vez.

 

Westfalia fue el modelo que rompió el molde. Foto: VWOldBlog

 

En ese segmento, el Vocho se hizo un espacio entre los consumidores. Poco a poco ganó terreno por ser un auto accesible y rendidor. Sin embargo, el modelo Westfalia producido desde 1952 rompió el mercado norteamericano al fascinar a los consumidores jóvenes.

 

Esta versión estaba pensada como un modelo de ideal para familias de vacaciones. Contaba con elementos desmontables, algunas versiones incluso presentaban una pequeña cocineta.

 

La juventud rebelde que se manifestaba en contra de la guerra, encontró en un vehículo accesible, rendidor y fácil de reparar una casa andante para recorrer todo el país.

 

Sin lugar a dudas, la cuestión del costo de la Combi y las prestaciones que ofrecía para transportar a un gran número de personas fueron determinantes para que los hippies la adoptaran como un vehículo insignia. Pero una entrevista realizada por la AFP a una comunidad hippie que aún existe hasta nuestros días en EU revela que algo más influyó en esta situación.

 

En una entrevista a tres sexagenarios que pertenecieron al movimiento, uno de nombre Mark afirma: “En la contracultura de los años 1960, se convirtió en EL vehículo que había que tener si eras un hippie”

 

Durante la época esta vagoneta fue adornada con motivos hippies. Foto: Especial

 

Otro de los entrevistados, aporta un dato de gran relevancia que incide en el porqué de la elección de esta vagoneta por muchos jóvenes en los sesenta: “uno podía darle una bofetada al gobierno y a los ‘viejos’ con sólo manejar una de estas camionetas, porque, para ellos, que condujéramos un coche extranjero era un gran insulto”.

 

La combi, de acuerdo a estos adultos, fue un coche que además de cómodo y práctico, retó al gobierno por ser un vehículo extranjero, y con su aceptación, una idea de perdón estaba más tangible en una sociedad temerosa de otra posible guerra.

 

 

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