Borrar UBER no te hace un mejor mexicano

Internet es un lugar peligroso en el que abunda la ignorancia. Por algún motivo la gente hace suyas ideas ajenas y las presume como si fueran parte de su intelecto. Ahí está la proliferación de un montón de infografías que digieren temas rocosos para la gente.

Cuando las compartimos –yo también lo he hecho-, muchas veces amagamos que nuestro interés es “iluminar la ignorancia” de nuestros contactos. Pero seamos francos, es muy probable que antes de acceder a esa imagen que compartimos, nosotros no hayamos tenido esa reflexión que presumimos como nuestra.

Hace poco comenzó la moda que lleva como bandera el #DeleteUBER. Todo a partir de la relación de Travis Kalanick, director general de UBER con Donald Trump y se desempeña como parte de un gabinete de asesores conformado por personalidades destacadas.

Entre las controversiales medidas que Trump ha tomado al comienzo de su presidencia, está la de prohibir la entrada a personas de origen musulmán a Estados Unidos. El domingo pasado la Alianza de taxistas de Nueva York levantó una huelga simbólica para protestar por esta medida.

Dejarían de dar servicio entre las 6 y 7 de la tarde, sin embargo, UBER “atendió” la situación eliminando la tarifa dinámica en la zona, por lo que la protesta pasó desapercibida y se hizo inútil.

Kalanick fue blanco de críticas, pues poco antes se había pronunciado preocupado por a medida, pero prácticamente fue su compañía la que resolvió una queja justa por parte de los transportistas de la ciudad.

A partir de ese momento, muchas personas comenzaron a borrar la aplicación. ¿Era UBER una nueva arma de movilidad a favor de Trump?, todo parecía indicar que sí.

Lo que no me explico, es lo que sucedió después. Muchos mexicanos se unieron a la “tendencia” y borraron el servicio de sus celulares. En lo particular no soy un gran fanático de UBER, pero a menudo, como alternativa de movilidad en una ciudad como la nuestra, con un servicio de transporte público tan deficiente, servicios como éste resultan un alivio en días especialmente congestionados.

¿Realmente razonamos cuando borramos la aplicación de nuestros teléfonos?, ¿eso beneficia de algún modo a los mexicanos?

Lo dudo, al contrario, puedo asegurar que es perjudicial.

Si alguna vez han abordado un UBER y han decidido no ignorar a quien conduce, se habrán dado cuenta de algo muy importante: quien está detrás del volante es –por lo general- un mexicano que necesita de esos recursos para subsistir.

No se encuentran ni Trump ni Kalanick (que es el gran beneficiado de toda la transacción, por supuesto), es un mexicano buscando empleo en un país que carece de ellos.

Claro, las condiciones laborales de la empresa podrían mejorar. Son deficientes y son varios los conductores de esta plataforma que me han confesado que ganan mucho menos de lo que tenían pensado.

También es cierto que esta empresa se aprovecha de vacíos legales en materia de transporte para beneficiarse en países como el nuestro. Y que afecta a otros empleos como los de los taxistas convencionales. Pero si nuestro transporte fuera mejor, dudo mucho que tuviese tanto éxito entre personas hartas de las terribles condiciones de nuestros servicios de movilidad.

No es el trabajo de ensueño, y se le podrían recriminar muchas cosas. Pero Cuando los mexicanos borramos esta aplicación sólo estamos dañando a otros mexicanos. ¿Saben algo?, a Trump no le importa UBER.

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