El mejor Audi TT de toda la historia

MARBELLA, España.- En el horizonte el continente africano ya se alcanzaba a ver frente a nosotros. Todavía estábamos muy cerca, en Europa, al sur de la península ibérica en el estrecho de Gibraltar, pero justo en ese punto, el mar parecía poner ambos mundos a nuestro alcance.

Ese fue el escenario que la marca de los cuatro aros eligió para presentar la tercera generación de uno de los deportivos más emblemáticos de su historia, el Audi TT.

Un vehículo que desde su primera generación no terminaba por decidirse, si apostar por la estética y el diseño o por la pasión de la deportividad: lo mejor de dos mundos.

Nuestro primer recorrido fue más una especie de desfile, que una verdadera prueba de manejo. La marca nos soltó el TT durante algunos minutos antes de una breve presentación, en la que nos presumió toda la tecnología que había contenido bajo esa atractiva carrocería, pero después nos puso en cuarentena.

Una larga noche de espera que nos hizo soñar con la forma en la que volaríamos sobre la pista.

La cita al otro día era en el la pista Ascari, una de las más famosas de España , a donde los ricos y poderosos llevan sus súper deportivos, para que no se oxiden.

El concepto de un Circuito & Resort no aportó mucho para conciliar el sueño, pero ayudó a que al otro día nos levantáramos a tiempo. Diez minutos para salir de la ciudad y luego una carretera llena de curvas en subida, para escalar la cadena de montañas en las que estaba enclavada la pista.

En la serpenteante carretera asfaltada el auto se comportó de marvilla. No veníamos a bordo del TTS, pero la versión que probamos nos dejó sentir el comportamiento de la tracción frontal, que estará disponible en las versiones de entrada de este deportivo.

Para México se estudia trae tres versiones, la de entrada impulsada por un motor 1.8 litros turbocargado de 180 caballos de fuerza, acoplado a una transmisión automática de siete velocidades S Tronic, que se vinculará con una tracción frontal.

También llegará una intermedia, que ya montará el motor 2.0 litros, al que le exprimirán 230 caballos de fuerza, gracias a una caja de seis velocidades S Tronic, que ya está acoplada a la tracción integral quattro. Una desviación en la carretera, un par de cierres en el camino y la emoción de llegar a la pista nos sacaron de la ruta, no encontramos mejor lugar para perdernos que uno muy maltratado que nos prometía llevarnos a la pista en cinco kilómetros; pero al mal tiempo buena cara. Elegimos el modo más confortable, cortesía del Drive Select y valoramos la suspensión.

Ahí disfrutamos las bondades de los nuevos controles del aire acondicionado, instalados en las salidas de las tomas de aire, así como el sistema de infoentretenimiento que ahora se volvió egoista y desapareció la pantalla de la consola central, dejando en el conductor todas las responsabilidades de su manejo.

Nos encantó la forma en la que ahora se puede interactuar con la interfaz, pues a partir de nuestro dedo podemos escribir de puño y letra las direcciones y hasta el nombre de las canciones que queremos buscar. Adiós a esas tediosas perillas en las que había que elegir letra por letra.

La marca ha dispuesto de esta tecnología para hacer de éste un auto más versátil, uno que se pueda llevar al trabajo en el día, al cine en la tarde y de fiesta por la noche, sin que padezcas las incomodidades propias de un deportivo.

Finalmente llegamos. Tomamos turno, subimos las fotos correspondientes a las redes sociales y contamos los segundos que nos separaban de la pista.

Ahora sí, era nuestro turno para subirnos al TTS. Desconectamos todos los controles y asistencias electrónicas y elegimos el modo más deportivo, el cual modifica varios componentes del auto, para dejar salir la bestia que se oculta bajo el cofre, pero no contábamos con la última aduana.

Ahí, los responsables de Audi nos obligaron a conectar todo de nuevo y a dar nuestra primera vuelta en el modo Normal, además detrás del coche de seguridad, y a un alemán no se le discute, menos a una alemana. Seguimos las órdenes y tratamos de aprendernos el trazado. Los puntos de frenada y el lugar ideal para hacer los cambios.

Volvimos a pits y entendimos la dinámica, cuando nos indicaron subir un grado más a la deportividad del auto. En la segunda ya nos tocó detrás del líder y entonces sí, comenzó la persecución.

Con el acelerador a fondo, el TTS nos dejó sentir los 310 caballos de fuerza que esta fiera nos prometió. La gestión del motor 2.0 litros en la pista fue la que esperábamos, pues con las paletas de cambio detrás del volante, exprimir la potencia fue una delicia, no sólo por el empuje sino también por el ronco sonido que al hacer los cambios se convertía en sinfonía.

Vuelta final. Libres y en el modo más deportivo, adiós a los controles y al recato. La frenada del TTS, su estabilidad, gracias a un bastidor más equilibrado con una mejora en la rigidez torsional, así como su ligereza cortesía del aluminio, cortesía del concepto Audi Space Frame, nos dejaron disfrutar de un auto ágil que en pista nos dejó saber que la misión de Audi se había cumplido. Este es un auto más masculino en toda la extensión de la palabra, luce más poderoso y es más poderoso.

La tercera generación del Audi TT llegó con el desarrollo tecnológico más sofisticado en la historia de este vehículo y con la atrevida propuesta de ser un auto más egoísta y personal.