Nissan GT-R, Juke-R y 370Z alteran tus sentidos

Conducir uno de estos bólidos es una de esas cosas que no te pasan todos los días y que cuando te ocurren le dan un nuevo sentido a la vida; haber tenido a los dos al mismo tiempo es algo digno de relatarse, pues definitivamente subirte a un Juke-R y a un GT-R es una de las experiencias más gratificantes para la carrera de alguien que ama los autos.

Las razones por las cuales un vehículo como el Juke-R debe ser considerado como un espécimen de colección son muchas, y es que desde su sola concepción el unir uno de los diseños más peculiares de la marca japonesa, con el empuje de su vehículo de producción más poderoso, es una razón de peso para respetar a este vehículo.

Y si bien las proporciones de este vehículo parecen desafiar la física, fue el trabajo de todo un departamento de ingeniería lo que hizo posible que más de 550 caballos de fuerza se hayan puesto al servicio de un pequeño crossover.

El trabajo de reingeniería ha tenido tales alcances que, para hacerte de uno de estos bólidos, hay que pagar poco más de medio millón de euros (alrededor de 9 millones de pesos). La razón no es otra sino que casi ninguna de las piezas del enorme sedán no cabían en la pequeña camionetita, de tal suerte que hubo que rediseñar por completo el concepto de Juke y adaptar las armas del GT-R para hacerlas funcionales en este nuevo empaque.

De tal forma que, para lograr que todo embonara y encontrara su lugar, prácticamente se ha tenido que reconstruir el Juke, provocando que el cofre, parrilla y salpicaderas asuman una figura anabolizada, que luce imponente y se enfatiza gracias a los acabados de la pintura negra mate.

A simple vista, los enormes rines y neumáticos ya sugieren las capacidades de este vehículo, cuya potencia pudiera arrancar el asfalto en un arrancón.

Mucho nos habían dicho de esta pequeña bestia, sin embargo no fue sino hasta que nos pusimos a los mandos de ella, que realmente pudimos comprobar que los rumores no son del todo precisos a la hora de decir que es un auténtico bólido de competencia.

Si bien el proyecto nació con el objetivo construir, una por una y con especial atención prácticamente de forma artesanal, más de 20 ejemplares (23 según nos informó la gente de la marca), al momento se rumora que no hay más de tres en el mundo. Así que luego de una breve introducción y con el casco puesto decidimos comenzar con la prueba del GT-R.

El orgulloso toro de la casa japonesa demostró sus capacidades e hizo honor a su reputación. Ruge, empuja y acelera como pocos. El trazado preparado en las instalaciones del Centro Dinámico Pegaso le quedó pequeño, pues su motor bien podría habernos llevado a ir todavía más rápido, con la confianza de un auto con aplomo, que frena y curvea como un deportivo pura sangre.

Tal gestión debe agradecerse a un imbatible V6 sobrealimentado por dos turbocargadores, que en la ficha técnica promete ir de 0 a 100 km/h en un pestañeo: 3.5 segundos, logrando alcanzar una velocidad máxima de 315 km/h, a la que obviamente ni remotamente pudimos acercarnos.

Ese mismo ímpetu pudimos disfrutarlo a la hora de montarnos en el Juke-R, que al igual que su hermano mayor reparte la potencia con una tracción integral, permitiendo tener un mayor control sobre las maniobras del auto.

Como todo deportivo sofisticado, este par presume una transmisión secuencial, que mucho nos ayudó a la hora de enfocarnos en no perder el control del vehículo, sobre todo en el Juke-R cuando la potencia nos hacía perder ligeramente el eje trasero, ante el embate de su soberbia potencia.

Siendo condescendientes con el acelerador, es posible controlar la transferencia de pesos de ambos vehículos, aunque por las proporciones hay que confesar que el aplomo que al GT-R le sobra en el Juke-R se ha sustituido por un nervioso comportamiento que te obliga a ir muy atento en maniobras en las que el auto tiende a rolar.

A diferencia del GT-R, que presume una lujosa cabina común de un súper deportivo, el ruido que se transfiere a la cabina del Juke-R es una sinfonía para los oídos, una que sólo es posible escuchar cuando se está rodeado por autos de competencia en una pista.

Por si el roll bar y todo el tablero y asientos propios de un auto de carreras no son suficiente motivo para recordarnos a bordo de qué clase de vehículo estábamos, bastó con recargar el pie en el acelerador, para encontrar una aceleración brutal, que te pega por completo a los asientos de cubo OMP que nos brindaron una extraordinaria sujeción.

De tal forma que, sintiendo que íbamos a viajar por el tiempo, desde las mil revoluciones que logramos sólo con recargar el pie en el acelerador hasta las poco más de seis mil revoluciones a las que llevamos la máquina llegamos en un abrir y cerrar de ojos.

Si bien comprar uno de estos ejemplares es todavía un sueño en nuestro país, Nissan ha dejado claro que su división deportiva está más presente que nunca en México, así que habrá que estar atentos del momento en que sea posible llevarnos, cuando menos, alguna de las versión Nismo del Juke o del 370Z que en breve podrían llegar a las agencias de la marca.

Nissan GT-R:

Motor: V6 3.8 L Twinturbo

Potencia hp: 545

Velocidad máxima: 313.6 km/h

Frenos: Frenos de disco con ABS

Transmisión: Automática de 6 velocidades

Bolsas de aire: Frontales y laterales para el conductor y pasajero

Otros Sistemas: Doble embrague en la transmisión de seis velocidades, con tres controles dinámicos de manejo (Normal, R-Mode y Apagado), distribución electrónica de frenado, sistema de supensión computarizado Bilstein DampTronic, sistema All-Wheel Drive, sistema de ajuste de las bolsas de aire dependiendo el impacto, sistema de inmovilizador de vehículo.

Este es un auto de altura. Mira por qué lo decimos en el Video del Día:

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